jueves, 15 de diciembre de 2011

Sostenibilidad


En estos momentos de crisis, nunca imagine que podría llegar con impagos ciertos de las facturas en medicamentos, no está de más hacer un poco de historia de nuestro querido sistema nacional de salud.

Aunque en España los primeros conatos comienzan con las reivindicaciones obreras de finales del siglo diecinueve, no es hasta primeros de siglo veinte cuando se empiezan a dictar normas que contemplan seguros para los trabajadores más desfavorecidos. A comienzo de la posguerra se crea un gran seguro público de médico y botica que va ganando terreno a las mutuas, hermandades y montepíos. El seguro a la vez que amplia sus ofertas se extiende a toda la población hasta que normativamente se universaliza con ley general de sanidad del 86 y, en la práctica, su traslada su coste a presupuestos generales en el 96 de Aznar.

Nos encontramos en la actualidad con un amplio catálogo de servicios que nos ofrece la sanidad pública, unas veces prestados por titulares públicos, entre otros, consultas de atención primaria, hospitales públicos con su personal funcionario, laboral o estatutario… y otras veces prestado por titulares privados como hospitales privados concertados para reducir listas de espera, hospitales de titularidad privada con trabajadores contratados por la administración pública e incluso en este grupo se incluirían las farmacias que prestan servicios públicos con titularidad privada.

Ante todos los elementos que conforman la sanidad pública me gustaría no perder de vista la esencia de la prestación sanitaria pública, esto es, la prestación médica y su complemento con el remedio farmacológico. Si los recursos económicos escasean no quedará mas remedio que atenerse a lo imprescindible, el medicamento lo es, y para que llegue a todos los rincones del Estado, no quedándose en el noventa y nueve por ciento de la población, tenemos la suerte de contar con una amplia red de oficinas de farmacia que de media prestan su servicio en un radio de unos 24 kilómetros cuadrados.

Es la red de oficinas de farmacia una parte esencial de nuestro sistema nacional de salud que me gustaría se mantuviera. Es con iniciativas como las recogidas en el decreto 9/2011 y el reciente decreto ley andaluz como se plasma la defensa de dicha red de farmacias.
Me gustaría que el próximo gobierno de Rajoy desarrollara iniciativas para la extensión de la sostenibilidad de la red de farmacias en todo el Estado.

Andrés C. Reviriego.

No hay comentarios: