martes, 24 de julio de 2012

¿Que es más importante?



 Recuerdo un hecho ya remotamente pasado, le ocurrió a un convecino de mí pueblo, iba con su motocicleta por los caminos que circoscundan la aldea donde me críe, de pronto en la lejanía se divisaba que el camino se bifurcaba en dos ramas, una en dirección diestra y otra en dirección siniestra, o lo que es lo mismo uno hacia derecha y otro hacia la izquierda;  las dudas surgieron de su conciencia, dudo nuestro paisano que dirección tomar, a la izquierda, o tal vez  a la derecha, tal fue su indefinición y su indecisión que el suceso acabo como acabo, con nuestro vecino estampado contra una oliva que se encontraba en el centro de la bifurcación, y maltrecho tanto en su físico  como en su orgullo.
Esta anecdótica paradoja es una muestra sencilla y casi vulgar, pero puede guiarnos hacia donde puede conducirnos la indecisión, que muchas veces es peor que tomar el camino equivocado.
No cabe duda, que la profesión farmacéutica se encuentra en una encrucijada, y posiblemente como se sucedió a nuestro palurdo vecino, hasta con una simbólica oliva en el medio, que nos desgajara de no tomar una dirección determinada y previsiblemente esto suceda en un futuro más cercano que lejano.
Si antes los acontecimientos no se precipitan, el devenir de la profesión  actualmente se encuentra en un dilema, en una doble encrucijada.
La primera seria seguir apostando por el camino  actual, que en nuestro caso particular es apostar abiertamente por el sistema actual de margen retributivo, llevado este caso a nuestra anécdota seria como toparnos contra la inamovible oliva. Dicen los eruditos que es bueno conocer la historia ya que nos acontecimientos pasados tienen a repetirse, solamente pido una pequeña reflexión, que precio puede tener una medicina que ha perdido su patente,  a la par que reflexiono y hago de pitonisa, que precio medio tendrán los medicamentos dispensado en la botica, y haciendo de oráculo de delfos con meridiana sencillez respondo, ridículos.
 No esta llegando al colapso el actual sistema basado en el pago de honorarios profesionales basados en el margen; acaso este  colapso nos conduzca a la pregunta.
  ¿Qué es mas importante?, mantener el actual sistema retributivo basado en el margen o mantener la red de farmacias, por que la bifurcación esta claramente clarificada,  o hacia la izquierda o hacia la derecha, ya que el mantenimiento del actual sistema retributivo colapsara económicamente a las farmacias con peores emplazamientos. SERA TOTALMENTE IMPOSIBLE DADO EL DEVENIR DE LOS ACONTECIMIENTOS MANTENER LA ACTUAL RED DE FARMACIAS CON EL SISTEMA ACTUAL DE RETRIBUCION, solamente las farmacias que tengan una importante volumen de negocio resistirán tal envite, las demás avocadas al averno de la indigencia, al osario de la podredumbre o sencillamente a la desaparición.
Pero el tiempo pasa, y cada vez la metafórica oliva se encuentra más cercana, y nosotros seguimos con nuestras dudas e indefiniciones, la inacción conduce al colapso y el colapso a la muerte. Es impensable apostar por un sistema regulado sin el mantenimiento de la actual red de farmacias, lo demás quiméricas ensoñaciones del ególatra ensimismado.

¿Pensad y reflexionar que es más importante?, los caminos están claramente definidos,  es vuestra decisión.

viernes, 20 de julio de 2012

LA HUELGA FARMACEUTICA DE AGUSTI AGUILAR

LA HUELGA FARMACEUTICA DE AGUSTI AGUILAR
Recientemente el diario Público informaba que un enfermo valenciano se ponía en huelga de medicamentos arriesgando su salud porque no quería pagar el 10% que desde el 1 de julio le obligan a pagar por su medicación.
El texto literal de la noticia reza así:
Agustí Aguilar Escuder tiene 55 años y una minusvalía del 71% que le impide trabajar desde 2007. A consecuencia de un ictus, una trombosis y varias hernias discales tiene que tomarse 17 pastillas al día. Cuando Agustí fue a su farmacia a principios de mes, le pidieron que abonara un 10% de lo que cuesta su medicación, como deben hacer todos los jubilados desde el pasado 1 de julio. Aunque puede asumir el gasto porque su pensión asciende a 2.000 euros mensuales, se plantó: "Me negué a pagar y desde entonces estoy en huelga farmacéutica. No lo hago por mí, sino por toda la gente que se ve obligada a elegir entre comer o pagar su tratamiento", afirma.
El precio mensual de la medicación de Agustí, que lleva ya diez días sin medicarse, ascendió el pasado mes de junio a 3.392,42 euros, según acredita la factura farmacéutica de este paciente, firmada por la botica de Carmen Aura en La Cañada, en Paterna (Valencia). "A nosotros nos llegan las recetas con el código que marca qué aportación debe realizar el paciente, simplemente nos limitamos a cobrar lo que nos dice el ordenador", explica esta farmacéutica, que añade que es el médico quien cataloga el perfil del paciente. 
Agustí asegura que su doctor le dijo que aunque debía pagar el 10% de su medicación (es decir, unos 300 euros mensuales), Sanidad le devolvería parte del dinero. El Ejecutivo establece que a los pensionistas que se gasten más de diez euros al mes durante tres meses se les devolverá el dinero pagado por encima del límite fijado. El tope mensual para los jubilados con las pensiones más altas se establece en los 20 euros.
"Yo me puedo permitir el lujo de medicarme, pero ¿y la gente con pensiones de 500 euros?"
"No me fío", afirma Agustí, "hace un año me pasó lo mismo con las cuatro ortesis [férulas ortopédicas] que llevo. Las pagué enteras y, en teoría, a los tres meses me tenían que pagar el tanto por cien que me correspondía y aún estoy esperando", protesta.
"No hago huelga por motivos económicos, yo me puedo permitir el lujo de medicarme, pero ¿y la gente que tiene pensiones de 500 euros? O comen o se mueren, es una injusticia. Yo no me medicaré hasta que no me den mis fármacos sin pagar un céntimo", asegura por teléfono. "He tenido un infarto, una trombosis, tengo hernias discales, los dos nervios ciáticos de la pierna derecha comprimidos, el hombro derecho congelado y jaquecas, para las que necesito oxígeno. Estoy mal y no sé cuánto aguantaré sin medicamentos", cuenta Agustí, que advierte: "Si me pasa algo, la culpa será de las mentiras de la ministra de Sanidad y de la Conselleria de Sanitat del País Valencià".
La conselleria recuerda por correo electrónico a "todos los pacientes de la Comunitat que la administración sanitaria cumplirá en tiempo y forma cualquier devolución que legalmente les corresponda".
Agustí mandó hace ocho días una carta al consejero de Sanidad de la Generalitat Valenciana, Luis Rosado, de la que aún no ha tenido respuesta. En la misiva, el paciente adjunta la documentación que acredita su situación. "Espero que no deseen que me muera o que recaiga, que tenga que ingresar por empeoramiento de mi enfermedad, cuando ustedes están financiando carreras de coches y a personas que han arruinado a nuestra comunidad", escribe Agustí, que critica también que "los medios de comunicación digan que en el País Valencià, con el repago, no existe ningún problema".
El articulo no tiene desperdicio.  Un enfermo diagnosticado por un médico de infarto, trombosis, con hernias discales, los dos nervios ciáticos de la pierna derecha comprimidos, el hombro derecho congelado y jaquecas requiere de las arcas públicas, por desgracia suya, 5.392,42 euros al mes (2.000 de la pensión más 3.392,42 en medicación).  Vive en la comunidad valenciana donde las farmacias se las ven y se las desean para cobrar las facturas de la Administración generadas, no por la farmacia de Dª Carmen Aura en La Cañada -Paterna- quien se limita a dispensar lo prescrito sino por el médico que lo prescribe.

La pensión se cobra rigurosamente todos los meses pero ahora bien, si Carmen Aura no cobra lo que la administración le adeuda eso ya no es problema del paciente sino de Carmen Aura.

Esos 3.392,42 euros de la medicación de Agustí le cuestan a Dª Carmen Aura (No a la Administración) una cantidad a la que ella, a título particular, que tiene que hacer frente todos los meses, independientemente de cuando y cuanto se los paguen a ella.

No tiene -Dª Carmen- ni siquiera la opción de negarse a dispensarla pues le viene prescrita en receta oficial.  Además tampoco tiene la facilidad de ponerse en huelga de la que sí dispone Agustí, ni cuenta con la cobertura mediática de éste enfermo.

Al final mi pregunta es si la situación que todo el país atravesamos se prolonga en el tiempo ¿hasta cuando soportará el actual modelo farmacéutico español la gratuidad de la sanidad?.

Fdo. Cristóbal Cabrera.

jueves, 12 de julio de 2012

TIEMPOS CONVULSOS.

Pos festum, pestum, dice un proverbio latino, traducido a las lenguas vulgares después de la fiesta, la peste. Simeológia proverbica que hoy se podría circunscribir a la triste realidad que soporta esta España nuestra, después de la fiesta del ladrillo, del dinero fácil, de las megaobras y del la mega estupidez, acaeció la peste de la recesion y lo que sucedió después de todos es conocido o mejor expresado sufrido. 
El problema radica, si utilizamos un símil medio farmacológico, que nuestro paciente, España, tiene una enfermedad infecciosa, y nuestros gobernantes en vez del combatir la bacteria que lo provoca, con eficaces y mortíferos antibióticos, se aferran en la utilización del paracetamol, ya que lo que consideran prioritario es bajar la fiebre (crisis de deuda), considerando esta como el mayor problema de nuestro paciente; fiebre que es un síntoma de una patología mayor; y haciendo como pésimo galeno, con un diagnostico impreciso, piensan que bajando la fiebre la enfermedad estará curada, craso error ya que el problema es la bacteria que la genera (falta de competitividad y paro). 
La situación actual esta claramente definida, los ingresos no dan para pagar el enorme gasto que soportan las administraciones, por lo tanto estas deben acudir al mercado internacional para financiarse, mercados que avaramente comprimen a los estados que necesitan de su financiación, el dilema es que al precisar de una financiación continua no podemos dejar de emitir deuda ni podemos dejar de pagar la ya contraída, por que sencillamente dejarían de prestarnos el dinero que precisamos y seria la bancarrota para el Estado, que no podría hacer frente a pensiones o salarios de funcionarios. Estamos atrapados en un círculo vicioso de difícil salida.
 Por ello las medidas de contención del déficit son correctas, la fiebre esta bien tratarla con paracetamol, pero aparta a las bacterias se las combate con antibióticos. El problema de la economía española es la competitividad y la deslocalización de las empresas productoras, un país de 10 millones de habitantes puede sustentar su economía solamente con el sector terciario o de servicios, en un país de 50 millones esto es sencillamente imposible, sin un tejido productivo propio España nunca saldrá de la recesion y el paro que afecta más de 5 millones de personas, si redujéramos este a la mitad, sencillamente saldríamos de esta, ya que al combatir a la bacteria la fiebre remitiría. Si aumentan los ingresos, por la via de creacion de riqueza y no por vía impositiva, los oscuros nubarones que langidecen la economia española, se disiparan.
Pero ¿ donde se  emplean 2,5 millones de personas, con la construcción hundida y con la deslocalizacion de nuestra empresas productoras?. En sectores innovadores que generan gran valor añadido pero pocos puestos de trabajo, en el aumento del consumo  y por tanto del sector de servicios un sector ya saturado  en su oferta,  es una quimérica ensoñación que solo consuela la agonia del agonico moribundo.
 Si nuestros pantalones los hacen los chinos, si nuestras camisetas los pakistaníes y nuestros zapatos los taiwáneses, misión imposible se tornara una evolución positiva de la economía española. Deslocalizacion que solo beneficia a ávidos y multimillonarios comercializares, amparados bajo el escudo de sus prestigiosas marcas, que venden hojalata a precio de oro, zapato chino a precio de Italiano o camisa el poliéster a precio de alpaca, engrandeciendo sus acaudaladas cuentas corrientes a la par que empobrecen a su país. 
Y ahora hablaremos de lo que nos concierne, las medicinas, medicamentos cada día más baratos y más deslocalizados en su fabricación y producción, medicamentos cada vez más barato, pero NO A CUALQUIER PRECIO, el precio que debemos pagar es el desmantelamiento inexorable de la industria farmacéutica nacional, por allende un empobrecimiento de todo el país, aumento de las listas del paro, y la destrucción de un sector innovador y creador de riqueza. 
Nos deberíamos preguntar como Estado, ¿que es más barato una simvastatina producida en España a 4 euros, o producida en India a 0.95 céntimos? La respuesta es más compleja que lo que parece, ya que los productos tienen un valor añadido que se debe cuantificar, posiblemente sería más barato pagar cuatro euros por la fabricada en España.
 Aunque suene a chino, y nunca mejor dicho; y mis palabras sean maldecidas por todos los gurus del liberalismo, solo con una política que incentive la producción de bienes de gran consumo en nuestro país saldremos de esta, lo demás una irremediable huida hacia el patíbulo.
 
PACO.