“Cualquiera
puede sostener el timón cuando el mar está en calma” (Publilio Siro)
La batalla es inminente,
en las trincheras los hombres reflejan en sus caras la tensión previa al
momento de saltar del refugio que les brinda la trinchera y encontrarse en
tierra de nadie. Sus miradas buscan con ansiedad las de sus oficiales
escudriñan lo más nimios detalles buscando un resquicio de seguridad en su mirada
que les permita superar sus miedos y salir a esa tierra devoradora de hombres.
Suenan los silbatos, hay
oficiales que saltan los primeros y sin mirar atrás, sin pensar en sus vidas
corren los primeros esperando que les sigan sus hombres, su ejemplo da ánimos a
sus subordinados que le siguen sin dudarlo un instante.
Por el contrario, otros empujan
desde la seguridad de la trinchera a sus hombres fuera del refugio esperando
que sean ellos los que soporten lo mas duro de los momentos iniciales de la
batalla, hombres que se sienten solos, abandonados por quien tiene que
liderarlos y viven con toda crudeza el desamparo más absoluto.
Estas imágenes han sido
recurrentes en mi mente durante muchas etapas de esta pandemia que hemos
vivido, he visto quien se ha crecido y ha dado lo mejor de sí y otros que se
han visto superados, por su falta de capacidad, por sus miedos y por su falta
de liderazgo. En una situación limite como la que hemos vivido se pone de
manifiesto la verdadera naturaleza de las personas.
Hoy cuando estamos
viviendo lo que parece el fin de esta pesadilla, seria el momento para que
todos reflexionáramos y viéramos con quien nos identificamos, si han estado delante
de nosotros asumiendo riesgos sin importarles equivocarse o nos dejaron solos
ante una situación nueva y se quedaron paralizados sin saber que hacer.
Lógicamente los casos han
sido múltiples, tenemos que apoyar aquellos que han demostrado su valía y su
liderazgo en esta situación crítica y pedirles a quien no ha sabido estar a la
altura de las circunstancias que de un paso al lado.
Muchos les gustaría que
todo volviera a ser igual después de esta crisis, pero desgraciadamente lo que
nos espera es una situación de posguerra, con una crisis de dimensiones
desconocidas y por tanto necesitamos al frente de nuestras instituciones
personas que hayan demostrado su valía y capacidad en situaciones límites,
porque solamente ellos podrán liderar el nuevo paradigma para la profesión que
nos permita superar y salir renovados como grupo de la crisis que se avecina.
Francisco Gonzalez Lara