lunes, 19 de diciembre de 2011

ESTAR O NO ESTAR

Las bondades de nuestro Modelo Farmacéutico las conocemos sobradamente: profesionalidad, accesibilidad, capilaridad…, pero el mantenimiento y/o sostenimiento del mejor Modelo Farmacéutico se está debilitando a pasos agigantados y se está dando la espalda a las boticas que dan sentido al mismo.

Es muy complicado ejercer nuestra profesión dignamente en un ámbito rural o similar en una ciudad, en el que la principal fuente de ingresos cada vez se reduce más. No se puede compensar vía venta libre, todos lo recortes que sufrimos periódicamente las oficinas de farmacia más vulnerables, por muchos planes de marketing que realicemos.
De tal manera que se deben plantear soluciones prácticas de manera urgente, si realmente queremos presumir de Modelo Farmacéutico.

Me encantaría que me explicaran porqué se castiga al único gestor “profesional” del S.N.S., por realizar adecuadamente su trabajo.
Ningún farmacéutico puede incrementar artificialmente la “factura”, no tenemos una máquina hacedora de recetas funcionando a pleno rendimiento en las reboticas.

De hecho, prestamos un servicio idóneo para la Administración, la que no expone absolutamente nada en la consecución del mismo, ya que el mantenimiento de las oficinas de farmacia es de ámbito privado, y por lo tanto las consecuencias de su gestión son de una persona física.

La dualidad que ostentamos al ser un centro sanitario con su reglamentación correspondiente, y a la vez una empresa privada, con su legislación aplicable, nos penaliza doblemente, ya que no gozamos de las ventajas de un funcionario, ni de las ventajas de un empresario.

Evidentemente, también contamos con otras ventajas exclusivas por la reglamentación propia de nuestro sector. Pero se están esfumando.

Ahora que se ha archivado el Dictamen Motivado de la Comisión Europea, y que parecía salvaguardada nuestra condición de establecimiento socio-sanitario, y por lo tanto nuestra máxima ventaja, se nos está torpedeando desde dentro, y parecen olvidarse conscientemente aquellos que lo hacen, que la Sanidad es un pilar del Estado del Bienestar, recogido en nuestra Constitución, muy alejado de un mero negocio y de sus entresijos.

Debe quedar muy claro, por parte de la Administración, que una oficina de farmacia no es proveedor y que un medicamento no es un bien de consumo, con el que se puede negociar, y por lo tanto si quisieran abrir ese melón, deberían reflexionar seriamente y honestamente: si es más fácil regular a un grupo de profesionales sanitarios, que lo único que queremos es vivir dignamente ejerciendo nuestra profesión, o a cualquier cadena, gran superficie, o análogo, que lo único que pretenden es hacer más negocio (y recordemos que una oficina de farmacia es una parte más del S.N.S.) y no van a consentir tan incondicionalmente que les marquen las reglas de juego.

Por lo tanto, como profesionales sanitarios, que es nuestro VALOR DIFERENCIADOR, reivindico una mayor presencia y reconocimiento en el S.N.S.

Debemos integrarnos más en el mismo, y ser reconocidos como una parte esencial del mismo.
Se nos debe exigir prestar un mejor y más completo servicio sanitario, desde el único centro socio-sanitario accesible para el 99 % de la población (hay capitales de provincia en España que no disponen de El Corte Tal o el CarreCual, porque no es rentable para sus cuentas de resultados).

Pero este nuevo rol debe ser recompensado, debe ser “valorado” (lo que no se paga, no se valora), ya que nuestro esfuerzo, nuestro conocimiento (no sólo cortamos cupones-precinto), como el de cualquier otro profesional, de cualquier ámbito laboral (psicólogos, abogados, mecánicos…), vale algo más que un simple gracias.

Necesitamos fortalecer nuestra figura como garantes de la salud de la población a la que prestamos nuestros servicios, pero igualmente se nos debe dotar de las herramientas y de los recursos necesarios.

Nos deben permitir prestar estos servicios, eliminando de nuestros hombros determinadas cargas que en otros sectores de actividad, no son ni planteables:

Derogación inmediata de los R.D. 5/2000; 4/2008; 8/2010 y 9/2011: Quisiera saber cuántas empresas en España reportan a la Administración una parte de su facturación para el mantenimiento del S.N.S. y resisten a bajadas indiscriminadas y constantes del precio de sus productos trabajando en exclusividad para un mismo “cliente” y siendo su casi única fuente de ingresos.

Reajuste de la planificación farmacéutica: No es de recibo que un sector regulado y planificado como el nuestro, presente la disparidad de ratios de población existentes.
No se puede prestar, ni exigir, los mismos servicios a una oficina de farmacia en una población de 300 habitantes, que a otra en una zona de 3000 habitantes.
Con esta medida, se podría plantear adecuadamente la reconversión en botiquines de oficinas de farmacia en pueblos pequeños, pero con la consiguiente recolocación del compañero en una zona con un ratio de población por encima de una media razonable (hay oficinas de farmacia en España con ratios de población de 7000 habitantes).
Es decir no sobran oficinas de farmacia pequeñas, si no que lo que falta es una mejor distribución de las mismas.

Para realizar los nuevos servicios, que insisto, se nos deben exigir por nuestra privilegiada ubicación, y por nuestra excelente formación de base, se necesita una oficina de farmacia fuerte y por lo tanto no valen las actuales oficinas de farmacia “unipotenciales”.
Es decir debe haber más de un farmacéutico en cada oficina de farmacia (lo cual también redundaría más en positivo en la creación de empleo).

Estas 2 medidas, y no las subvenciones tan utilizadas en nuestro país, no le costarían ni 1 euro a la Administración, y aliviarían realmente a las pequeñas farmacias que dan sentido al Modelo Farmacéutico, permitiendo una oficina de farmacia más fuerte y en igualdad de condiciones para asumir las nuevas responsabilidades y prestar los servicios necesarios.
Si no se equilibra la situación de las oficinas de farmacia, la fractura será insalvable y habrá oficinas de farmacia que no podrán prestar ningún servicio y morirán, y con ellas nuestro Modelo, que se fundamenta en la ACCESIBILIDAD.

Estas medidas, que se deberían aplicar con urgencia, y no exigen de mucho tiempo de estudio para saber si son galgos o podencos, supondrían una inversión ya que la actuación del farmacéutico, asumiendo nuevas responsabilidades supondrían un ahorro considerable para el S.N.S.

Y espero que se dejara de machacar con la perniciosa expresión del gasto farmacéutico, cuando el farmacéutico no genera ningún gasto, y sin embargo se considera cualquier otro desembolso en sanidad, como una inversión, aunque se ha demostrado que muchas de las “inversiones” realizadas han sido desmesuradas y ruinosas, y no se ha penalizado a los gestores que tomaron estas decisiones.

Por cierto, ¿quién controla el gasto farmacéutico en los hospitales?

Evidentemente, la puesta en práctica de estas medidas, exigiría una voluntad real por ambas partes: Administración y farmacéuticos, pero creo que con las actuales condiciones en las que estamos ejerciendo nuestra profesión, merece la pena asumir cambios y plantear los retos que deben ayudar a dar forma a la oficina de farmacia del siglo XXI.

El escenario actual y el inmovilismo, nos llevarían a una agónica desaparición, y a que las oficinas de farmacia más fuertes actualmente, se mantendrían, pero el Modelo Farmaceutico perdería su esencia, y no justificaría su actual regulación, lo cual también perjudicaría a aquellas que ahora están viendo esta situación desde su atalaya y se frotan las manos.

3 comentarios:

Andrés dijo...

Estimado Ruben David, me alegra tu escrito, ayuda a crear opinión que buena falta hace.
Coincido contigo en la percepción de la necesidad de medidas para mantener viva la esencia de la profesión. La farmacia rural está sufriendo la crisis con mayor virulencia que el resto de farmacias.
En cuanto a la solución de la problemática querría aportar mi convicción en la necesidad de un mayor debate interno sobre nuestra coyuntura y no trasladar a otros lo que nosotros no queremos resolver. Con la creencia de que si no damos soluciones otros nos las impondrán y nos dolerá más.
Y dando un poco de cifras, el ratio nacional está alrededor de los 2.000 habitantes y para poder vivir dignamente dos farmacéuticos de una farmacia con menos no es razonable. Estos números darían trabajo a 40.000 farmacéuticos, hay 56.000 colegiados mas o menos. Salvo casos puntuales esta medida se quedaría corta. Y otra, la factura en medicamentos son unos 12.000 millones de euros y sin medidas de contención serían muchos más y no soy partidario de no contemplar la situación particular de las farmacias VEC (viabilidad económica comprometida).
Hay quien opina que el modelo está agotado, otros que se necesitan reformas estructurales. Yo prefiero decir que me gustaría que nuestra profesión fuera lo que queramos que sea. Y quiero que haya farmacia rural.
Un abrazo.

cencebrona dijo...

Estoy totálmente de acuerdo contigo en lo de la redistribución de las farmacias en poblaciones de menos de 300 habitantes a otras de mayor población, pues una cosa es que estemos al lado del 99% de la población y otra cosa es que estemos al lado de despoblados. En mi caso en concreto y se de otros casos que en castilla y león abundan, tengo la farmacia en un pueblo de menos de 150 habitantes el cual está rodeado de otros diez prácticamente despobladas, en su día reunían una población de unos 1500 habitantes, entonces sí tenía sentido la farmacia aquí, pero ahora con un botiquín sobra. Si encima nos meten todos estos reales decretos de forma lineal(igual a nosotros que a nuestros compis pudientes) no nos queda otro remedio que cerrar. Pero esto no se puede dejar así, hay que luchar por esa redistribución, ademas de forma voluntaria, el que se quiera quedar que se quede, y si no lo conseguimos lucharemos por abrir el modelo al sistema navarro, donde cabemos todos, aunque un poco más jodidos, pero al menos todos iguales. ¡Un abrazo!

Rubén David García dijo...

Hola, Andrés, te agradezco tu comentario, ya que la intención es la de, como bien dices, crear un debate para contemplar medidas entre nosotros, y no seguir esperando a que nos digan dónde y cómo colocarnos.
Es necesario que sigan las farmacias rurales, pero no como estamos actualmente, por lo que se debe avanzar en el perfeccionamiento de la planificación (punto débil de nuestro Modelo REGULADO).
No conozco tan a fondo los datos que has aportado, que son muy significativos, pero la idea es fortalecer la oficina de farmacia y que nos convenzamos que nuestra manera de seguir adelante ya no va a girar en torno al margen de un medicamento cada vez más barato, si no en torno a los servicios que seamos capaces de ofrecer a los pacientes, vía cartera de servicios (que por supuesto deberían ser remunerados).
Si no aportamos un valor añadido, podemos ser prescindibles, y creo que nuestra aportación es imprescindible, pero está oculta y no se reconoce.
No creo que sea justo, por nuestra condición, que el farmaceutico, deba ser "subvencionado" para sobrevivir, debemos trabajar dignamente y desplegar todo nuestro conocimiento y nuestra experiencia.
No niego que tiene un gran valor lo que se ha conseguido, pero no es la solución, y de hecho, veremos cuántas farmacias disfrutan de la famosa ayuda, ya que todavía no han articulado la medida y entra en vigor el 1 de enero.
Estamos desaprovechados, y como te decía, ya no se puede vivir del medicamento.
Por lo que o nos subimos a este tren, o no sé si habrá próxima parada.
Un abrazo