Ley de Vida

El cambio es Ley de vida. Cualquiera que sólo mire al pasado ó al presente, se perderá el futuro

John Fitzgerald Kennedy

 

Apareció por la puerta como una invitada indeseada. Sin pedirnos permiso se sentó a nuestra mesa, y por si fuera poco no llegó sola, lo hizo acompañada de un sentimiento de pesimismo, negatividad y tristeza colectiva que hemos dejado anidar en nuestros corazones y que se antoja como el sustrato perfecto para que arraigue entre nosotros esa idea tan actual de que es necesario recortar en todos los ámbitos, sean cuales sean, como único modo de alcanzar el ansiado equilibrio presupuestario.

A pesar de todo, la crisis no deja de ser el catalizador de un proceso de evolución social que está cuestionando las bases del estado de bienestar que la ciudadanía ha alcanzado y que ha cedido para su gestión a una clase política que se encuentra secuestrada por la dictadura que imponen los mercados. Llegados a este punto, los criterios economicistas seguirán avanzando sin freno sobre los sociales hasta donde la propia sociedad civil le permita, porque debe ser ésta última la que antes ó después tendrá que decidir hacia dónde quiere ir, qué está dispuesta a perder y valorar si esa pérdida es indispensable para alcanzar su objetivo.

La crisis está ejerciendo de catalizador de este cambio social, y el de los medios de comunicación está siendo la introducción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). No importa que sean nuevos ó longevos -como en el caso de esta revista con la que tengo nuevamente el honor de colaborar en su cincuenta aniversario, Felicidades-, todos han visto la necesidad de renovarse.

¿Es distinto nuestro micromundo de la oficina de farmacia (OF)?....sinceramente creo que no. La crisis en nuestro sector sólo ha anticipado el agotamiento de un modelo asistencial y de negocio basado en el margen comercial de un producto que debido a las políticas orientadas a la disminución de su precio, y a la ausencia de alternativas por nuestra parte, cada vez sitúa a un mayor número de OF en el filo de la navaja mientras se muestra incapaz de estimular la oferta de nuevos servicios adicionales a la dispensación.

El principal aval del sistema, su universalidad, resulta inviable al no existir mecanismos que permitan una mayor capilaridad, no del nivel asistencial, sino de las astronómicas cantidades destinadas a farmacia y cuyo flujo no llega en su justa medida hacia las OF que la garantizan.

La oficina de farmacia no puede vivir ajena a lo que algunos entienden como mundano. Todo lo que nos rodea se encuentra en continua evolución y nuestra profesión no es ajena a ello aunque pretenda seguir parapetada tras los muros de cristal opaco que forman nuestra casa. No podemos seguir soñando con tiempos pasados que no volverán, ni continuar refugiándonos tras una opacidad que no nos permite ver la debilidad de nuestra estructura, ni la realidad externa.

La apatía colectiva y la ausencia de propuestas desde el seno de nuestros órganos de representación resultan aterradoras, por no hablar de la dinámica derrotista que emana de cada uno de los comunicados que acompañan a cada recorte.

El cambio es Ley de Vida, y en la SEFAR tenemos muy claro que el momento hace tiempo que llegó y no podemos dejarlo pasar, por lo que empujaremos en ese sentido y continuaremos en permanente alerta para que la farmacia rural tenga un futuro con la importancia que ésta merece.

Si compartes esta idea y quieres ayudarnos a ello, nunca lo tendrás más fácil........

Francisco Javier Guerrero García

Presidente de la SEFAR

Nota: Artículo publicado en el número 516 de la revista ACOFAR que celebra los 50 años de existencia de esta publicación. En el formato papel, se añade además al pie de este artículo un cupón de inscripción a la SEFAR que de forma gentil y desinteresada ha incluido la dirección de la misma. Quiero agradecer desde aquí a este medio con el que en tantas veces he tenido el honor de colaborar el detalle que han tenido para la SEFAR al facilitarnos llegar a todas las OF del país en un número tan señalado para ellos.