Buenas tardes a tod@s:
Publico hoy una carta de apoyo que un compañero cántabro ha remitido a la prensa en respuesta a la contestación que la presidenta del COF de Cantabria realizó públicamente a una carta anterior de Silvia Quiñones.
La publico porque me parece que está muy bien escrita, y porque con una exquisita educación rebate la argumentación sostenida por la presidenta del COF de Cantabria que tanto nos ha desagradado al resto de compañeros que ejercemos en el medio rural.
Ahí la lleváis.
Abrazos,
Javier
LA FARMACIA EN EL MEDIO RURAL,
REALIDAD Ó DEMAGOGIA.
Quiero manifestar mi solidaridad, comprensión y
apoyar en su testimonio a mi compañera Titular de Farmacia en Valle de
Villaverde publicado el 31 de enero en el Diario Montañés.
En su escrito, Silvia
Quiñones quiere llamar la atención sobre una situación cierta sobre la
viabilidad económico – financiera de determinadas oficinas de Farmacia en el
entorno rural, no solo motivado por la situación de crisis generalizado sino
por la desidia y falta de sensibilidad de ciertos organismos oficiales, y lo
que es más grave por parte del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria que nos
representa.
Este abandono y falta
de sensibilidad queda confirmado tras leer la carta abierta publicada en el
citado Diario el día 14 de los corrientes, por parte de la presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cantabria, Doña
Marta Fernández de Teijeiro, que no solo causa sonrojo e indignación entre
buena parte de los profesionales farmacéuticos de la Comunidad, sino que es claramente
altanero y carente de conexión con el asunto que se trataba, poniendo de
manifiesto por parte de la presidenta en la diligencia en su respuesta, esta
vez sí, de su afán de populismo y demagogia, buscando el aplauso fácil no se
sabe muy bien de que colectivos y con que intenciones o el de aduladores con
intereses espurios.
Conforme los Estatutos
del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria, me gustaría recordar que el Colegio es
una Corporación Profesional, que tiene como objeto la representación y la
defensa de la profesión ante las Administraciones Públicas, estando integrados
en él todos los farmacéuticos en sus distintas modalidades, sea esta rural o
urbana. Sin ánimo de hacer un análisis pormenorizado de los Estatutos, si me
gustaría llamar la atención de uno de los derechos que se recoge en el artículo
41ª g) que dispone “ser tratado por los
usuarios, los compañeros y por las Instituciones Públicas sanitarias con
la dignidad que merece el ejercicio de la profesión.” Subrayo lo de
compañeros, porque la señora presidenta es profesional de farmacia y por tanto
compañera, y su posición temporal de representación de nuestro colectivo, hace
que se exija con un mayor grado la atención y buen trato que debe dispensar a
sus compañeros.
Soy farmacéutico en el
entorno rural desde hace 31 años y se lo que es ejercer en dicho medio, donde
el grado de compromiso y vocación queda probado y es reconocido por la
población en el día a día, considerándolo como un servicio de alta calidad. La
farmacia rural siempre ha sido utilizada como ejemplo de sacrificio y
profesionalidad en momentos de ataques a la profesión y ante cualquier
negociación con la administración, de ahí que carezca mucho más de sentido la
actuación de la Sra. Presidenta ante un grito de ayuda por parte de un miembro que
ejerce con muchas dificultades en dicho medio.
Desconocer esta
situación pone de manifiesto un desconocimiento preocupante y falta de aptitud
para representar a un colectivo de farmacéuticos que ejercen su profesión en
diferentes medios, rural o urbano, pero que todos ellos acreditan la misma
titulación y forman parte de un solo y único Colegio.
Por esta razón, llama
la atención el desprecio y la línea divisoria que parece establecer la
presidenta, dando a entender que merecen una consideración distinta unos
farmacéuticos de otros, y se permite el atrevimiento gratuito de recordarnos a
los farmacéuticos en el medio rural que se requiere un compromiso de servicio y
vocacional, cuestión que llama la atención ante el desconocimiento e ignorancia
más absoluta de lo que significa gestionar una oficina de farmacia con unos
parámetros en los que la calidad en el servicio y atención priorizan sobre la
rentabilidad de la misma farmacia.
Respecto a la
referencia a que a las oficinas de farmacia se accede por concurso de méritos o
bien por compra, no responde a la verdad, ya que en su caso ella accedió por el art.3.1b del RD 909/1978 que
fue un privilegio del que hicieron uso algunos titulados y que ya está
justamente derogado. Respecto a los
Conciertos, decir que estos se negocian cada cuatro años con lo que es difícil
de predecir la evolución normativa que se puede desarrollar, salvo que se goce
de poderes no terrenales.
En cuanto al servicio y
atención no quiero reiterarme, por eso quiero llamar la atención en el otro
lado de la oficina de farmacia, esto es, en su consideración como negocio, en
el cual hay que realizar fuertes inversiones no solo iniciales sino periódicas
para mantenerla en unos estándares óptimos, hay que hacer frente a unos gastos
de personal y de explotación fijos, repagar la deuda que se haya tomado,
evidentemente pagar los impuestos, y por último generar un mínimo beneficio
para evitar una situación de insolvencia
y poder planificar una vida personal digna.
Si no hay viabilidad
económica financiera hay quiebra personal y empresarial sin derecho a paro, por
eso su ejercicio demagógico de aludir de forma reiterada y alegre a compañeros
o ciudadanos en paro es gratuita y está totalmente fuera
de lugar, pone en evidencia sus carencias y desinformación, y su aptitud y
actitud como representante de nuestro
Colegio. Por eso señora presidenta, le pediría un poco más de sensibilidad y
respeto, un estudio más pormenorizado de las situaciones, y una defensa y
búsqueda de alienaciones de intereses del colectivo al cual representa.
Fdo: José Luis Borrego Fernández
Farmacéutico
de Val de S. Vicente
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