ALGUNAS CLAVES PARA ENTENDER EL NUEVO RD Y CÓMO AFECTARÁ A CADA PARTE
Un marco económico inestable, poco predecible y de duración indeterminada, un aparente galimatías al que hace un año ó dos se le puso nombre: CRISIS. Crisis que salpica a todos los sectores y de la que no se libra nada, ni tan siquiera un derecho inalienable para los seres humanos como es la salud (al menos en la sociedad del bienestar en la que vivimos).
Un tupido velo tras el que ocultar la no aplicación de medidas estructurales que generen las condiciones necesarias para garantizar la viabilidad del sistema sanitario y que sirve de excusa para la aplicación de medidas coyunturales que palian de forma momentánea las necesidades presupuestarias, que justifican en resumidas cuentas la imposición de los temidos recortes presupuestarios.
Ante la certidumbre de lo inevitable comienza un juego en el que el lobby con mayor fuerza ó mejor posicionado es el que “orienta” ó “dirige” los pasos de organizaciones y mandatarios. En este escenario los ciudadanos individuales ejercen a la perfección su papel de marionetas, muñecos de trapo que danzan al son que marcan estos titiriteros, del todo ajenos a lo que se cuece a pesar de ser el perceptor del servicio y el que lo paga con sus impuestos, contentados con el simple hecho de poder cambiar de gobernante cada cuatro años. Un entramado de hilos y conexiones que, como los tentáculos de un cefalópodo alcanzan también a los prestadores de los servicios, el último eslabón de la cadena que se verá obligado a adaptarse a las nuevas reglas de este aparentemente inocente juego.
Lo explica muy bien una vez más Synaptica, portal de referencia para todo el que intente caminar, si no fuera del Matrix en el que andamos inmersos, al menos con conocimiento de las intrigas palaciegas que tan directamente nos afectan a los cortesanos. Alfonso y sus secuaces bucean de nuevo por las “alcantarillas” de la información, ilustrándonos con su habitual visión crítica y el perspicaz estilo narrativo del que continuamente hacen gala, traduciéndonos de forma bastante clara aquello que no tiene sitio en los grandes rotativos, en este caso sobre las “claves en el Marco del Entendimiento” Administración-Farmaindustria (claro y sin tapujos), un pacto al que todo el mundo ha corrido a decir amen –ó como titula Synaptica Tod@s dicen I love you- sin importar el color político de la comunidad o de sus gobernantes.
Tras varios meses de “entendimiento” común, los acuerdos se plasmaron en una hoja de ruta que se ha cumplido de manera escrupulosa y que estipulaba la firma de estos convenios entre los meses de enero y febrero de este año (qué cosas tiene la vida, sólo un poquito antes de la histórica foto de la ministra de sanidad junto a todos los consejeros de salud de las distintas CCAA).
Los que llegaron tarde ó no tuvieron la suficiente capacidad de influencia –esa es la impresión que da a la vista del resultado obtenido- lanzan vítores por haber conseguido salvar el margen por PVP que rige los ingresos de todas las farmacias y que al mismo tiempo lastra los intentos de “reinventar” una profesión que desde que dejó de fabricar medicamentos en la rebotica anda perdida y sin rumbo fijo, preocupándose más de bloquear las embestidas que les llegan desde todos los lugares habidos y por haber (intentos de liberalización, reducción de márgenes de beneficios,…), en un intento desesperado de preservar el status quo imperante en lugar de buscar el sendero correcto que la reconduzca a la línea que la permita seguir siendo imprescindible para la sociedad y el paciente.
Realizar proclamas y alabanzas al “logro” de suavizar los primeros tramos de las aportaciones a las que obliga el RD 5/2000 ó a mantener un margen cuando el medicamento vale cada vez menos y cuando el umbral de los sujetos a precio de referencia pasa de 3.12 € a 1.56 €, no parece que sea algo de lo que enorgullecerse.
Presenciar impertérritos cómo se facilita la vía para retirar del canal farmacia los medicamentos de DH y ECM ó escuchar al señor Martínez Olmos afirmar sin despeinarse que en los genéricos "hay margen de ahorro sin afectar a calidad y disponibilidad" debería ser una señal -con la suficiente intensidad para ser percibida hasta por un deficiente visual- de que la profesión debería plantearse no depender en exclusiva del medicamento.
Podríamos llamarlo también (para el que no capte el mensaje en su integridad) ir pensando en implementar otra serie de servicios y al mismo tiempo estudiar la financiación de los mismos, porque a este paso, y con este tipo de medidas coyunturales y siempre efectistas de cara a la opinión pública (garantía de futuras y periódicas aplicaciones), con el agravante de que su aplicación es generalizada, lo que podremos asegurar sin temor a equivocarnos es que habrá farmacias que quedaremos para “vender” Metforminas, Enalapriles y Paracetamoles y que tendremos que aprender a alimentarnos exclusivamente del sentimiento y el cariño de nuestros pacientes como únicos nutrientes en nuestra dieta diaria.
Percibir la retribución correspondiente a nuestro trabajo mediante un margen sobre el PVP se ha convertido en el estigma que nos acompaña cada día, recordándonos cada vez que entramos a nuestra farmacia nuestra semejanza con cualquier otro comercio, elitista si queremos, porque al frente de la misma ¿siempre? estará un licenciado, infrautilizado dada su preparación y su proximidad al paciente, al que se remunera su trabajo en función de los cupones precinto que corta, ó porque ¿siempre? podremos vender la licencia y “cargarle el muerto a otro”.
Se continuará estirando –que no lo dude nadie- cada vez más ese “chicle” denominado margen donde cabe todo, cuyo coeficiente de elasticidad piensan algunos que tiende a infinito pero que lastra la evolución de la profesión al mismo tiempo que conduce a la quiebra a las farmacias rurales pequeñas, farmacias mal situadas y con muy poca población a la que atender, farmacias a las que cada día vuelcan una palada más de arena en la “fosa” a la que iremos a descansar uno tras otro si no se implementan las medidas necesarias que nos garanticen la necesaria viabilidad, no para nosotros, sino para justificar la capilaridad del Modelo, la parte más importante de un sistema que hace aguas por todos sitios y que no adolece de una “manita de pintura”, necesita una reforma de arriba abajo.
Centrémonos en buscar el camino correcto, sin prisas, pero sin pausas, escuchando a las voces discordantes, realizando autocrítica y reforzando los puntos débiles de un sistema francamente mejorable.
Podríamos comenzar por hacernos estas preguntas sin respuesta:
¿No sería mejor para la farmacia un sistema de retribución mixto en el que no se dependiera en exclusiva del PVP del medicamento?
¿Sería tan fácil para la Administración frente a la opinión pública retirar servicios como ahora hace cuando anuncia una bajada de precios?
¿Facilitaría otro sistema retributivo la implantación de la Atención Farmacéutica como práctica habitual en la metodología de trabajo de la oficina de farmacia?
¿Perjudicaría esta medida a las grandes oficinas de farmacia bien situadas ó a la inmensa mayoría (medianas y pequeñas incluidas)?
¿Quieren realmente nuestros dirigentes dar solución a la problemática de la farmacia rural ó buscan “quitarse el marrón de encima” esperando que ésta muera por inanición?
La profesión tiene dos vías: dirigir este cambio y anticiparse a los acontecimientos ó seguir esperando a verlas venir sin hacer planes de futuro, un futuro, si me lo permiten, muy poco halagüeño para todos. Lo más acertado, en mi modesta opinión, sería al menos planteárselo, ¿no creen?.
Yo por mi parte espero encontrar respuesta -al menos a la última de estas preguntas- el próximo día 15 de Abril…
Desde el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla….
Un fuerte abrazo a tod@s,
Javier
(Imagen procedente de http://peterpetrellisite.files.wordpress.com/2008/08/marioneta2bx8.jpg)
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