COLEGIOS FARMACEUTICOS
PASADO PRESENTE Y ……..
El siglo XIX está
caracterizado por el paso del boticario artesano de siglos pasados que aprendía
junto a un maestro en la más clásica tradición gremial, a un nuevo profesional
con preparación científica que estudia en la universidad y toma los hábitos
colectivos de las demás profesiones liberales.
Paralelamente se va a desarrollar
un modelo caracterizado por la libertad de establecimiento y un reforzamiento
del monopolio profesional sobre el medicamento debido a la promulgación de la
Ley de Sanidad de 1855 y las Ordenanzas de farmacia en 1860.
Los Colegios
farmacéuticos proliferan durante el siglo XIX cubriendo sus intereses
profesionales con estatutos que le convertían en instituciones científicas. Su
fuerza se debe a un fuerte sentimiento gremialista heredado de etapas
anteriores que nunca se perdió en su totalidad y al impulso recibido del
pensamiento liberal hacia la agrupación de los farmacéuticos.
Este asociacionismo,
surgido de la confluencia de esta circunstancia, tiene sus peculiaridades propias,
que dan características diferenciadoras de las demás estructuras corporativas
del modelo liberal, la existencia de intereses económicos comunes, reforzados
posteriormente por los profesionales.
El
nuevo sistema de colegiación surge de lo dispuesto en la Ley de Sanidad de 1855
en su artículo 80, más tarde en 1877 se promulga la Ley de Asociaciones a la cual se ajustaron
los Colegios de Farmacéuticos por ser Corporaciones de Derecho Público. Todos
estos intentos de asociacionismo durante las últimas décadas del siglo XIX se
siguen caracterizando porque la pertenencia a estos Colegios sigue siendo
voluntaria. Por ello, en 1916 se estableció por Real Decreto la obligatoriedad
de pertenencia a los mismos.
No es hasta diciembre
de 1917, por Real Orden del Ministerio de la Gobernación, cuando se establecen
unos Estatutos Obligatorios de los Colegios Farmacéuticos, incluyendo la
inscripción obligatoria para ejercer la profesión. Como objetivo de la
colegiación se señalaba el mejoramiento profesional y el mutuo apoyo de la
clase farmacéutica.
Los Colegios que van
surgiendo en toda España a partir de este momento son los antecesores de los
actuales, en esta primera etapa se caracterizan porque sus miembros son
exclusivamente titulares de oficinas de farmacia, los cargos en los mismos se
renuevan con una periodicidad corta y sus presupuestos son modestos. Como
ejemplo significativo el presupuesto del Colegio de Sevilla para el año 1933
era de 25.452 pesetas.
Esta dinámica de los
colegios cambia a partir del año 1944, cuando una vez implantado el Sistema Nacional
de Salud, los colegios se ven obligados a establecer servicios de tasación de
las recetas oficiales del recién instituido Seguro de Enfermedad. Esto se ve
reflejado en los presupuestos colegiales y en Sevilla el presupuesto de 1945 se
ve incrementado hasta las 109067,48 pts. cuadriplicándose en poco más de
una década. Para 1946 el presupuesto se duplica de nuevo alcanzando un total de 211.040 pts. Y por primera
vez vemos que una parte del presupuesto recae sobre un porcentaje de la facturación
de las recetas del Seguro de Enfermedad, siendo en 1946 un 5% sobre la
facturación que representan 60.000 pts.
La
aparición del Seguro de Enfermedad y la tramitación de las recetas por
parte de los Colegios permitirá que a partir de ese momento sus presupuestos se
incrementen de manera muy notable, gracias al porcentaje que cargan a los
colegiados como gastos de facturación.
A partir de los años 80 del siglo pasado aparece
otro factor que influirá en la situación actual, los adjuntos de farmacia,
figura desconocida anteriormente y que irán incrementando el número de colegiados, siendo en la actualidad
mayoría en los colegios.
Este panorama lleva a que actualmente la situación
de los Colegios se caracteriza:
-Presupuestos muy importantes sufragados en un
elevado porcentaje por los cargos sobre facturación de recetas, que no reflejan
el coste real de este servicio.
-Mayoría de colegiados no titulares de oficina de
farmacia que solo sufragan con sus cuotas de colegiación una parte mínima de
los presupuestos.
-Remuneración de los cargos colegiales de una u
otra manera, lo que lleva a la profesionalización de ellos y a la permanencia durante
periodos muy prolongados.
-Por el origen de los ingresos que sufragan los
presupuestos, una resistencia a cualquier cambio de modelo retributivo que haría
replantear estos ingresos y por tanto los presupuestos.
FRANCISCO GONZALEZ LARA
1 comentario:
Excelente Obra seguro Pronto la leeré completa, me encanta leer sobre medicina y farmacia, les puedo recomendar también algunas lecturas interesantes que encontré en la web de Cefi.
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