jueves, 21 de mayo de 2015

A vueltas con internet: Un "supongamos".




Estimados todos:


Hoy llevo el día dando vueltas a la venta de medicamentos financiados por internet y se me ha ocurrido escribir unas líneas, mientras horneo un bizcocho, en formato ciencia ficción, esto es, en hipótesis de futuro.


¿Que pasaría si Fulgencio, que sabe comprar zapatillas de running  -se las mandan desde Alemania con un descuento del 50%-  quiere que se le dispense su receta electrónica desde una Oficina de Farmacia en una localidad que dista de su domicilio 600 km?


Pues con carácter preliminar que se crucificaría, si no lo está ya, al autor de las lineas que describan el supuesto... por parte de la profesión, representantes sector, sursum corda...


Y, siguiendo un desarrollo lógico, que no sería legal y, por ende, que el farmacéutico que lo hiciera, además de no cobrar el medicamento sería sancionado...


Pero, ¿técnicamente es posible? 


Si el hombre a subido a la luna, que hay días que lo dudo, y se pueden traer zapatillas de running desde Alemania, mucho me temo que un medicamento dispensado hoy en Huelva, mañana por la mañana está en la casa de un girondense al que se le fue prescrito en la consulta de su ciudad-pueblo, junto a Cadaqués, la mañana de hoy. 

La dispensación se realizaría en la Oficina de Farmacia por un farmacéutico y la logística al cargo de la misma o idéntica empresa de transportes que lleva el medicamento desde el laboratorio al almacén y de aquí a la farmacia. 

El encargado de entregársela al paciente tendría la misma calificación profesional que el que se la sirve al que reside en una "residencia de ancianos" esto es, y para resumir, personal no facultativo que previamente la ha retirado en su nombre en la Oficina de Farmacia elegida, y no precisamente por el paciente, o el que la transporta desde el laboratorio a la cooperativa o desde allí a la Oficina de Farmacia.


¿Creemos que esto no va a llegar? 


No lo sé, llevamos comprando tiempo ya desde hace mucho. 

Seguro que los boticarios decimonónicos nunca pensaron que el medicamento se elaboraría industriálmente y que los boticarios de siglo y pico después tendríamos que luchar por revindicarnos como sanitarios ante el mercantilismo de una profesión que se está destruyendo.

El mercantilismo es lo que trae y los puramente sanitarios están muriendo de inanición.


Saludos,


Andrés C. Reviriego.

4 comentarios:

Daniel De María García dijo...

En una profesión tan individualizada, la solución más fácil pasa por una condición que se me antoja difícil: practicar el Ubuntu: http://www.elfarmaceutico.es/numeros-de-la-revista-desde-el-2011/a-tu-salud/y-si-practicamos-el-ubuntu#.VV4GIlIw-1s

Andrés dijo...

Si hiciéramos extensible el "Ubuntu' para la promoción del farmacéutico "miel sobre hojuelas". Si sólo lo usamos para el reparto del "inmediato" pastel estamos desvirtuando el término.

Daniel De María García dijo...

Estoy contigo Andrés. Todos a una para luchar por la vertiente sanitaria, que es en definitiva la nuestra, para la que nos hemos y nos seguimos formando. Y aunque la oficina de farmacia lleva una parte mercantil que debe aceptarse, hacer de ella la bandera de nuestra profesión pienso que es un error. Como bien dices, el tiempo pasa y su capacidad de sorprendernos con los cambios impensables aumenta. Y sólo yendo todos juntos seremos capaces de mantener nuestra profesión en la balanza sanitaria y no en la mercantil.

Andrés dijo...

El primer paso, estimo, podría ser una promoción no mercantilista, como la del resto de profesiones sanitarias que están imbricadas en la sanidad pública. Pero claro, eso exige un esfuerzo de generosidad que daría frutos no a corto plazo.