Tres son las citas que
más soplan en mi pensamiento este verano:
“El invierno sería
largo y frio. Nadie sabía mejor que la hormiga lo mucho que se había
afanado durante todo el...”
“...¿Qué es la vida?
Un frenesí.¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción
y el mayor bien es pequeño: ...”
“...nuestras vidas son
los ríos que van a dar a la mar...”
¿Por qué estas tres
citas?
La primera porque estamos
en verano y a las aldeas de Castilla, como en otras zonas de la
península, vienen a veranear gentes del pueblo que trabajan en las
ciudades, mayoritariamente en Madrid. Es en agosto, fundamentalmente,
cuando sube un poquito la facturación pero cada vez menos por
aquello de no cobrar a partir de 8 euros en Madrid y sí aquí aunque
luego se devuelva. Una faena para muchos pueblecitos que tenían un
alivio en el estío.
Es ahora cuando
respiramos un poco y no tenemos que sucumbir a las tentaciones
consumistas que nos rodean y pueden hacernos descuadrar, más si cabe,
nuestras maltrechas economías. Ya son muchos años de ciclo
estacional para conocer el asunto.
¿Por qué Calderón y su
Segismundo?
Al hilo de la cigarra, de
la que difícilmente copiaremos su inconsciencia, podemos confundir
la percepción de nuestra precaria situación si solamente nos
fijamos en lo que incorporamos sin analizar la realidad en su
plenitud. Como tantas veces he repetido, la ilusión por el cambio de
nuestro entorno, a veces, nos hace perder referencias.
En estos momentos algunos estamos con la vista puesta en la modificación del RD 823/2008, 5/2000 para entendernos. Albergamos la esperanza de que recoja lo que mal se hizo, en un principio, en el RD 9/2011 y que no es otra cosa que la incorporación en las tablas de índices correctores de márgenes, eso sí ahora bien hecho como legislación básica y de automático cumplimiento por las CC. AA., de tramos negativos que permitan a los titulares de boticas rurales disfrutar de una remuneración como la que tienen los farmacéuticos que trabajan para las administraciones públicas.
En estos momentos algunos estamos con la vista puesta en la modificación del RD 823/2008, 5/2000 para entendernos. Albergamos la esperanza de que recoja lo que mal se hizo, en un principio, en el RD 9/2011 y que no es otra cosa que la incorporación en las tablas de índices correctores de márgenes, eso sí ahora bien hecho como legislación básica y de automático cumplimiento por las CC. AA., de tramos negativos que permitan a los titulares de boticas rurales disfrutar de una remuneración como la que tienen los farmacéuticos que trabajan para las administraciones públicas.
Nos parecemos a
Segismundo. Él destas prisiones cargado y nosotros atados por la
pierna a nuestro mostrador. Él salió y confundió la realidad con
un sueño y nosotros nos creemos importantes e influyentes cuando nos
sacan a la palestra para defender el modelo planificado en virtud de
su capilaridad.
¿Por qué Manrique?
Porque estemos en lo
cierto o errados, al final, todos llevaremos el mismo camino.
Defendemos...¿qué?
...¿Una profesión?...¿Un sector?...¿Para qué?... ¿Para sentirnos
bien?...¿Para dejar un patrimonio a nuestros hijos?... ¿¿¿???
Cada día que pasa, no se
si estoy en lo cierto o es una ensoñación calderoniana, más me
inclino por pensar que nuestra sociedad, no solo nuestra profesión, se parece a un gigante con los pies de barro. Puede ser de perogrullo
pero la estructura piramidal de nuestro modelo farmacéutico: se
necesitan que nuevos boticarios compren nuestras licencias
hipotecándose de por vida... al igual que la estructura piramidal de
la deuda pública: se necesitan compradores de deuda para pagar los
intereses pues el capital no se contempla pagar... como la del sistema de
pensiones: se necesitan nuevos cotizantes para pagar a los que se
jubilan porque la caja de la seguridad social es insuficiente para
cubrir las obligaciones y, además, está invertida en deuda pública... crece y crece. ¿Es un buen fundamento la máxima de a una hija el
piso y al otro la botica? ¿Es un buen negocio dar un gran valor al
fondo de comercio ahora que el negocio de la apertura es escasísimo?
En fin, dejo a todos
ustedes, carísimos compañeros, la reflexión sobre los tres puntos
que he citado.
Y muchas gracias a Javier
Guerrero, gran persona, por brindar el espacio para que podamos hacer
nuestros pinitos como articulistas.
Saludos,
Andrés C. Reviriego.
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