lunes, 16 de enero de 2012

SCHWARTZ, FRIEDMAN Y LA ESCUELA DE CHICAGO

No se si será por perro o por viejo, pero a día de hoy pocas citaciones me sorprenden o me llevan a escandalizarme, estaré curado en espantos ante los sinsabores, desilusiones y decepciones por las que somos atormentados en nuestra intranquila y corta existencia mundana, pero he de reconocer que este Schwartz, me ha vuelto a sorprender, presidente del Colegio de farmacéuticos de Tenerife, la reincidencia de su sorpresiva aptitud esta colacionada con unas pasadas declaraciones formuladas en un congreso farmacéutico celebrado el ya pasado otoño por tierras castellonenses. Os acordáis ya, evocar en vuestra memoria las argumentaciones cargadas de irreflexión, egolatría e incoherencia cuando apostolaba nuestro guache dirigente botiquil la solución única, factible y posible que garantizara la pervivencia y viabilidad de la farmacia española; esta era, a su juicio, la disminución drástica del numero de farmacias, pasando de unas 21000 farmacias que en la actualidad pueblan el mapa insular y peninsular a 8000.
8000 insignes supervivientes de las fauces del mercado, que como faros en la lejanía, serán los garantes que garantizarán la prestación del servicio farmacéutico y la pervivencia y persistencia del actual sistema planificado.
Instaba a la profesión, ha actuar en este sentido, ya que de adoptar su profética propuesta, bien por inacción o incapacidad seria el implacable mercado quien las ejecutaría.
Los otros, los 13000 farmacéuticos desamortizados, pobres e infelices victimas de un implacable, incompasivo y aséptico verdugo, el mercado impidedable, serian avocados al cadalso del desempleo o como mal menor una minoría de elegidos se reconvertirían en boticarios asalariados que amancebarían sus caudalosas y prosperas farmacias.
Pero ahora viene mi sorpresiva sorpresa, el presidente Schwartz, lejos de retractarse en sus planteamientos, nos vuelve a sorprender con unas osadas declaraciones http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1066022 ; frotaos los ojos, asegurar que vuestras capacidades psíquicas están intactas, comprobar que Baco no ha inundado vuestras conciencias, pero si, habéis leído bien. Un presidente de un Colegio de farmacéuticos aboga por liberalizar el sector.
No se si será por una rabieta, mas propia de un niño malcriado y consentido, motivado por los impagos que actualmente soporta las farmacias de la Comunidad canaria, o lo que seria mas grave que nuestro presidente ha sido seducido por las ideas promulgadas y argucidas por Milton Friedman y la escuela de Chicago.
Friedman, máximo exponente del pensamiento ultraliberal, resucitaría desde lo más profundo de su finada sepultura, y se volvería seguramente al postular para ser nuevamente condecorado con el Nobel de Economía, que una fatídica noche del año 1976 recibió en la ciudad del Stadshuset, al constatar que un dirigente de uno de los sectores más regulados de la economía es un férreo seguidor de su doctrina económica.
Es patético, penoso y hasta delirante que las ideas ultraliberales, conocidas como neocons, hijas de Friedman, causa y motivo sin duda de la actual crisis financiera y económica, se conviertan en mesiánicas hasta el punto que su doctrina haya hipnotizado a sectores fuertemente regulados e intervenidos, convirtiéndose en un Tótem de adoración y en una piedra filosofal del obligado cumplimiento. Erigiéndose como única y factible salvación de una crisis que ellos y sus teorías han propiciado y promulgado.
La forma de actuación de la Escuela de Chicago es simple y hasta sencilla, pero no por ello dejar de ser, maléfica y destructiva.
La primera premisa, es la creación de una crisis, esta puede ser política, económica, de seguridad y hasta medioambiental, a raíz y como consecuencia de esta crisis, la sociedad civil queda desconcertada, a continuación se crea un enemigo o varios, se les acusa de ser los causantes de la crisis, se les demoniza, se cuestiona su existencia, que una sociedad civil previamente domesticada asume.
La segunda fase es sencilla, se eliminan servicios y logros sociales, el estado queda reducido a una mínima expresión, desvestido de toda capacidad regulatoría o arbitradora. Los servicios que perduran son privatizados, y recaen en manos de unos pocos que se convierten en auténticos oligarcas, que controlan tanto el poder político como económico. Oligarcas vistos como auténticos ídolos por una población empobrecida que los envidia, aumentan las desigualdades sociales y la estratificación de sociedad.
El problema radica en que el “enemigo esta a las puertas”, prosiletisticamente estas doctrinas se han arraigado en los centros y órganos de poder dentro de la realidad política española, y pueden invadir con su putrefacto hedor a todo nuestro país, y se pueden ya estar aplicando a día de hoy en la sociedad española en general y en la farmacia en particular.
Primera fase, creamos un enemigo, el excesivo gasto farmacéutico y la incapacidad de hacer frente al mismo, esto dentro de un contexto de crisis global, por lo tanto se cuestiona la pervivencia del sistema, se sataniza cualquier sistema que tienda a la subvención o a la regulación, las farmacias empiezan a empobrecerse, comienzan los primeros cierres por incapacidad financiera de las mismas o por una bajada brutal en la rentabilidad, la sociedad previamente hipnotizada por la clase dirigente asume la perdida del servicio. Y como culminación final el mercado es amasado en unas pocas manos, que se hacen con el control del mismo.
Y este a groso modo es el pensamiento ultraliberal que el presidente de Tenerife predica, y reitero, si sus declaraciones no son mas que una pataleta propiciada por el impago, pero si son por tomar la ola del ultraliberalismo creo que ha picado en un anzuelo dirigido por agentes externos y poderosas corporaciones que de producirse estos postulados preestablecidos se harán con el control del mercado farmacéutico minorista.
Los sistema desregulados son volátiles y como todo lo volátil tiende a estallar (Burbuja inmobiliaria, crisis de deuda y financiera, crisis bursátil….), haciendo cada vez un mundo más injusto y menos humano, y creando islas oligárquicas rodeadas de mares de pobreza.

1 comentario:

Andrés dijo...

Estupendo artículo. Toda una clase magistral.

De su lectura, que releeré, me surge la pregunta:

¿Y no tiene que ver, también, en la actual crisis la teoría Keynesiana?.

Enhorabuena.