jueves, 16 de abril de 2009

Con la calculadora en la mano (I)

Desgraciadamente, nuestra profesión en la actualidad no se entiende sin una calculadora en la mano. No solamente somos sanitarios, también comerciantes. ¿En que proporción? 50-50, 75-25, 25-75... Sin duda es difícil cuantificar, pero ejercer en una oficina de farmacia implica elevadas dosis de destreza en el manejo del arte del comercio. Demasiado componente de comerciante, a mi juicio, es el que necesitamos los farmacéuticos de oficina de farmacia para salir adelante.

También, en la farmacia rural, somos comerciantes y no solo sanitarios. Cuando digo rural me refiero a farmacias únicas, en municipios no ya pequeños sino minúsculos, donde raramente hay una sucursal bancaria, el médico pasa consulta y se va, y a veces no todos los días. Donde los maestros, secretarios de ayuntamiento y demás universitarios vienen, trabajan y se vuelven a sus domicilios, a bastantes kilómetros. Es en ésta farmacia rural donde las cuentas de comerciante no salen de ninguna manera, y mucho menos cuando hay que pagar un crédito para financiar el traspaso. Porque no olvidemos que los nuevos licenciados superan con mucho el número de farmacias que salen en los concursos y es muy duro, a veces insoportable, que tu compañero de carrera, por el mero hecho de ser hijo de farmacéutico con farmacia, sea tu jefe y más duro todavía si en la facultad ha demostrado menos valía científica. ¡Es posible que como comerciante si la tenga¡. Pero no quiero desviar el tema a los derroteros de la justicia social en éste momento.

Me llama la atención el tratamiento que estudios económicos como los de Aspime, dan a las farmacias “pobres”, esto es, farmacias con ingresos inferiores a 300.000 euros. Ciertamente no se paran a analizar las cuentas, sino, simplemente, atisban trazas de inviabilidad.

No me resigno a analizar, lo más exhaustivamente que pueda, la economía de éstas farmacias, las “pobres”. Máxime, cuando en palabras de la Secretaria del Consejo y previsiblemente futura presidenta, Carmen Peña, somos el buque insignia de la farmacia española. Palabras que me suenan a aquello de “Te quiero mucho perrito, pero pan poquito”.

Y ya entrando en materia, me gustaría desglosar las farmacias que facturan menos de 300.000 euros y agruparlas por tramos. Sin olvidar que, estadísticamente, cada tramo se corresponde con una cifra de población. Consideraré que el gasto por habitante es de 300 euros, cifra que obtengo de dividir la factura farmacéutica nacional entre el número de habitantes del Estado, incrementado por un factor de corrección debido al mayor consumo de la población envejecida -que son los pacientes de éstas farmacias- y también incrementado con la escasa venta libre.

La factura farmacéutica a cargo del SNS, en 2008, ascendió a 11.191.128.315 euros y la población en España alcanzó la cifra de 46.157.822 habitantes. Si dividimos la facturación entre las 21.000 farmacias obtenemos, que de media, las farmacias españolas facturaron al SNS 569.547 Euros. Y que el consumo medio por habitante es de 259,12 euros, a lo que hay que añadir las mutuas y la venta libre. Con todo, la media de facturación de las farmacias supera los 600.000 euros. Las farmacias pobres, por tanto, facturan menos de la mitad que la media.

¿Con qué población se corresponde la farmacia pobre?. Si nos atenemos a las cifras de 300 euros por habitante y año, se corresponderá con farmacias que sirvan a menos de 1.000 habitantes, entre su municipio sede y las poblaciones a las que sirva. También hay farmacias pobres en núcleos urbanos.

(Continuará)

4 comentarios:

Fco. Javier Guerrero dijo...

La mercantilización de la oficina de farmacia es uno de los grandes problemas que a mi juicio tiene la profesión, el actual sistema de remuneración mediante un porcentaje de venta de forma exclusiva condena a las OF más pequeñas ó peor situadas a malvivir, otro es el acceso a la concesión administrativa de una OF,se desaprovechan muchos y buenos profesionales cada año, como en todos los ámbitos de la vida poderoso caballero don dinero....
Tantas cosas por cambiar en una profesión tan inmovilista aunque le duela reconocerlo. Afortunadamente hay profesionales con otras ideas y con ganas de mejorar esto, espero que juntos podamos llegar a mejorar algo.
Bienvenido Andrés.

andres dijo...

En palabras de Carmen Peña, la mejor remuneracion posible es la de un porcentaje sobre el precio de los medicamentos.

Entonces, propongo introducir medidas correctoras, además del 5/2000 si su aportación no redunda en las famacias pobres, para obtener al menos, que contablemente -introduciendo el sueldo del farmacéutico titular- no den pérdidas muchas farmacias.

Fco. Javier Guerrero dijo...

A la vista de los datos, y si sólo nos centramos en datos promedios, la mejor manera de remuneración es mediante el porcentaje sobre el PVP, ya que los ingresos medios de una OF son 569.547 Euros (obviamente la media no corresponde a la realidad de una farmacia pequeña ni por supuesto a una muy grande).
La necesidad de introducir medidas correctoras, como bien dices, ó de compensar, ó garantizar unos mínimos de rentabilidad, llamémoslo como queramos, es algo que en sí, no es que sea necesario, es que comienza a ser imprescindible para conseguir una sostenibilidad para este tipo de farmacias.
Sin la introducción de este tipo de medidas, sencillamente, a este tipo de OF le queda poca vida.

andres dijo...

Lo que ocurre, a mi juicio, es que el farmacéutico de farmacias minusculas, pobres, cada vez gana menos. Menos que cualquier adjunto y con unas condiciones laborales bastante peores.

Sin contar con el préstamo para comprar la farmacia.

Eso si, es su propio jefe, que paga bien caro. Ese es el milagro del modelo mediterraneo, ¡se aprovecha del ansia de libertad de las personas en general y de los farmacéuticos en particular¡.

Un saludo.