jueves, 23 de abril de 2009

Tribuna. Felipe Trigo. EL CAMINO CORRECTO EN FARMACIA RURAL

Desde hace unos meses vienen surgiendo determinadas informaciones provenientes de Extremadura y Andalucía (ver CF del 22-IX-2008 y del 16-II-2009) que apuntan a que en los próximos concursos de adjudicación de nuevas farmacias no saldrían las oficinas ubicadas en poblaciones de menos de 500 habitantes (Extremadura) ó 400 (Andalucía).
Valorada esta medida positivamente por sectores profesionales, viene a demostrar, una vez más, el conocimiento del modelo y la sensibilidad hacia los problemas de algunos responsables políticos que apuestan por resolver situaciones algo impropias del siglo en que vivimos.
Zonas del país donde el propio SNS, Justicia, y el sistema educativo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado adaptaron sus efectivos y los concentraron con un criterio lleno de racionalidad e interés por la eficiencia siguen estando diseminadas de profesionales farmacéuticos al frente de farmacias con escasísimos recursos materiales, técnicos y humanos ; haciendo alardes continuos de afán de servicio e imbricación en la realidad rural pero, quizás también, tapando las heridas de esas carencias personales que les ha originado los efectos secundarios de la alta capilaridad de un modelo que, en cuanto a beneficios para el ciudadano, no puede observarse en casi ningún otro lugar del mundo.
El día a día de estos profesionales viene marcado por la escasa rentabilidad de las oficinas, las jornadas de trabajo de 24 horas por 365 días, sin conciliación de vida familiar y laboral, con dificultad para tomarse vacaciones o una baja, con problemas de acceso a la formación continuada y con una sensación de aislamiento para la cual no ve salida, pues cualquier estudio demográfico en los últimos 50 años constata el despoblamiento rural. Si alguien piensa que este caldo de cultivo es el más idóneo para prestar un servicio de calidad es que sabe poco de recursos humanos.
Por ello, la medida que se está estudiando en Extremadura y Andalucía, junto con la adecuada ponderación del esfuerzo que sus respectivas leyes de ordenación recogen para estos profesionales que ejercen en situaciones de especial penosidad, son pasos aún tímidos pero que sí van en el camino adecuado. En una época donde la discriminación positiva es un hecho, no hacer el máximo esfuerzo en este terreno sería difícil de entender.
UN BOTIQUÍN MEJOR ATENDIDO
Y probablemente, sea la "tarea de hacer entender" el reto que tengamos que afrontar Administración y farmacéuticos si esta medida se concretase. Que la población de estos núcleos y sus responsables municipales entiendan que un botiquín, un centro adjunto de dispensación (CAD) ó como se desee denominar dependientes de otra farmacia rural cercana pueden prestar mejor atención, con más medios, con profesionales más preparados y motivados si limitamos el tiempo de apertura que si sometemos a esos profesionales a un régimen de "semiesclavitud".
Cuando a veces se escucha lo de "cuando un profesional ejerce en ese lugar es porque quiere...", "mientras que haya un farmacéutico dispuesto a irse allí, quiénes somos nosotros para impedírselo...", podríamos preguntarnos si alguien no entiende el concepto de Salario Mínimo Interprofesional, de derechos laborales mínimos inherentes a la persona que presta sus servicios profesionales, etc. Es un ejemplo claro de liberalismo deshumanizado, no propio de sociedades desarrolladas, que implica que la aceptación de cualquier condición laboral valida todas las situaciones. Y así, ¿en qué punto de la historia de los derechos laborales y sociales estaríamos en el año 2009? No es el "profesional liberal" el que marca las condiciones de trabajo de una farmacia rural. Son las obligaciones sanitarias reguladas las que las marcan en horarios, guardias, presencia, etc. que todos compartimos y que se aplican en cualquier ubicación de las farmacias.
Por otro lado, quienes así opinan desconocen qué debe ser una farmacia en el siglo XXI. Desde luego no es un profesional forzado a una situación insalubre con un bien mueble (mostrador) entre él y el paciente. Debe ser un establecimiento con personal formado (más de un farmacéutico y personal auxiliar), con una actualización permanente de conocimientos y especializados en distintos servicios (nutrición, formulación, dermofarmacia, etc) en unas instalaciones amplias y modernas, con recursos tecnológicos y bibliográficos, conectado on line con centros de información de medicamentos y con otros profesionales sanitarios en equipos multidisciplinares, y sobre todo, dispuestos con agrado a prestar una atención personalizada y próxima, sin listas de espera o cita previa, a unos ciudadanos que requieren consejo y asesoramiento en temas relacionados con la salud. Si esto se entiende, todo lo demás es más fácil.
Vicepresidente del Consejo Andaluz de COF
Publicado por CF. Sección Tribuna. Semana del 20 al 26 de Abril de 2008.

1 comentario:

Fco. Javier Guerrero dijo...

Ruego disculpeis si se me ha escapado alguna letra al transcribir todo el texto. Y me vais a permitir que de gracias, muchísimas gracias a mi madre por apuntarme a clases de mecanografía cuando tenía 13 ó 14 años, de otro modo no se me hubiera pasado por la cabeza copiarlo.
Un abrazo a todos,
Javier