IN MEMORIA
Hoy desde mi atalaya todo lo veo turbio, la vista nublada el
alma rota, por un amigo que nos falta.
Ha fallecido Francisco Javier Guerrero, farmacéutico del
pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla, compañero, amigo y referente de
la farmacia rural en España, no te rías Javi ya sé que cuando te lo decía lo tomabas a broma, cuanto echaré en falta
esas risas, esa forma tuya de no darle importancia a tu labor al frente de la
sociedad que un grupo de amigos, de ilusos, de visionarios creamos y de la que fuiste cabeza, líder y motor.
Pero no quiero hacer un panegírico o una elegía de tu labor
en SEFAR, que ha sido mucha y seguro que otros glosaran, incluso aquellos que
te pusieron alguna piedrecita en tu camino.
Quiero hablar de Javi, esa persona con la que compartí muchas
horas de charla, en los viajes que compartimos, o por teléfono en esas tardes
pedidas en una farmacia que prácticamente no visitaba nadie.
Me fascinaba su capacidad para ganarse a las personas, con su
bondad, con su sencillez, con esa mirada limpia que transmitía toda su bonhomía,
porque Javi era una buena persona, pero en el sentido literal de la palabra,
bueno por naturaleza sin esfuerzo sin doblez y esa bondad desarmaba a muchos de
sus interlocutores, que después de una charla con el quedaban como amigos y
aliados de su causa.
Marido y padre entregado, cuantas veces le comente que
admiraba ese amor sin resquicio alguno que profesaba por su pareja, por su
Cristi, por su hijo, por su familia, cuantas ilusiones, cuantos proyectos
truncados, por una muerte prematura, la muerte nunca es justa pero en algunos
casos no es justificable, aunque tu ejemplo de luchador infatigable que no se
arredraba ante ningún obstáculo servirá a los tuyos para seguir adelante.
Amigo, quiero quedarme con esa sonrisa, con esa mirada limpia
y recordarte desde este rincón que compartimos tantos años. Ya no veremos pasar
las borregas por tu puerta. Gracias por tu amistad, por lo que me has enseñado
y por hacerme mejor persona con tu entrañable ejemplo. Hasta siempre desde la
Atalaya.
Paco Glez. Lara
3 comentarios:
Precioso, tanto como triste...
De las pocas personas que dejan un recuerdo imborrable de su paso por este mundo. Una enorme suerte y un privilegio haberlo conocido.
Todos los rurales nos sentimos hoy huérfanos pero la labor que Javier inició con tanto acierto debe seguir adelante, se lo debemos. Descansa en paz Javier
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