lunes, 15 de febrero de 2010

CARTA ABIERTA A LUIS DE LA FUENTE

Estimado amigo y compañero Luis:
La lectura de tu artículo en el farmacéutico ha sido para mí una autentica revelación. Después de treinta años ejerciendo como farmacéutico en el medio rural me he dado cuenta lo equivocado que estaba.
Imagínate que llevo todo este tiempo pensando que mi labor estaba centrada en el medicamento y en la educación sanitaria de mis pacientes, y que mi profesión tenía un marcado carácter sanitario por encima de cualquier otra connotación. Esta idea me ha ayudado a soportar con cierta resignación los sinsabores de un ejercicio con tantísima penosidad, no solo desde el punto de vista profesional, sino también personal y familiar.
Pero después de leerte creo que seguiré tus consejos y me convertiré en un farmacéutico empresario, porque sinceramente me ha impactado mucho eso de “Lo que hacen algunos, pueden hacerlo muchos, pero deben hacerlo todos” y yo quiero hacerlo también, lo que ocurre es que se me plantean algunas dudas, fruto de mi desconocimiento en el campo empresarial, sobre las nuevas prácticas que debo implementar en mi farmacia, para conseguir una farmacia moderna, espero que puedas ayudarme y paso a continuación a exponértelas.
En primer lugar no entiendo muy bien cómo debo cambiar mi mentalidad para además de ser profesional de la salud ser empresario y líder de mi equipo, porque el equipo soy yo, y con trabajo, porque en una pequeña farmacia rural, amigo Luis, tú me explicaras como aumento el equipo, quizás es que con 200 o 300 habitantes, debería pensar en hacerlo para “poder gestionar los recursos humanos orientándolos hacia la venta para lograr el apoyo sólido de una plantilla”, quizás me ha faltado visión empresarial durante estos años y mi falta de enfoque en tener una plantilla me ha causado innumerables problemas, quizás con una plantilla adecuada, además de mas ventas, podría tomar vacaciones y tener un descanso adecuado y razonable, pues hasta ahora ha sido imposible, ¡cómo no me habré dado cuenta antes!. Solo me queda una pequeña duda, como pagare a final de mes al nuevo equipo con los escasos ingresos que mi farmacia genera, ¿quizás con el aumento de ventas?
Otra duda que me asalta, es como puedo optimizar las 365 guardias que hago al año, porque desde un punto de vista empresarial es un fracaso, el rendimiento es prácticamente nulo y el costo como puedes imaginarte es tremendo, pero ahora que seré empresario pediré no hacer ninguna porque desde un punto de vista empresarial es una equivocación dedicar tantos recursos a algo que no me reporta ningún beneficio.
También me has convencido de lo equivocado que estaba en cuanto a la planificación, porque aunque no lo dices claramente en tu artículo, estoy seguro que tu, como farmacéutico empresario , estarás de acuerdo con lo que defiende la Comisión Nacional de Competencia, sobre la liberalización de la farmacia, además de otras instancias y Organismos Europeos, porque cualquier traba al libre comercio son barreras para poder desarrollar nuestra labor como empresarios farmacéuticos, que en un libre mercado sería mucho más satisfactorio. Lo que me da un poco de pena, es dejar a mis pacientes sin farmacia, porque lógicamente una vez consigamos la liberalización me trasladare a otra ubicación más adecuada donde pueda llevar a cabo de manera más efectiva las nuevas prácticas que me has enseñado. Por eso espero amigo Luis, que pidas de una manera clara la finalización de la planificación, algo que para los farmacéuticos empresarios no es más que una traba para poder desarrollar sus aptitudes empresariales.
Un fuerte abrazo de tu compañero
Francisco González Lara

1 comentario:

andres dijo...

Despues de tantos años en una farmacia rural y leyendo cartas como ésta no puedo menos que reafirmarme en mi convicción que el movimiento por la defensa de la farmacia rural es necesario.
Suscribo a pie juntillas lo defendido por Francisco Glez. Lara.
Creo también necesario purgar los intereses personales y afianzar los principios que consoliden una farmacia solidaria bien distribuida y con una justa remuneración, sin pensar en cómo estaré en el futuro olvidando cómo se encontrarán los que ocupen mi lugar, si prospero.

Enhorabuena por la carta que es toda una declaración de intenciones.

Andrés Reviriego.