miércoles, 27 de mayo de 2015

LO QUE NO PUEDE SER, NO PUEDE SER!!!!!

Como Cagancho en Almagro. Es una expresión ya un poco en desuso; pero todavía hay mucha gente que la conoce y la utiliza. Se dice «quedar como Cagancho en Almagro» como sinónimo de hacer las cosas verdaderamente mal y en público. Y es una expresión bonita desde el punto de vista histórico porque su precedente es muy concreto. Y no hace ni un año que cumplió ochenta. Por eso hoy quiero contaros de dónde viene.
Lo primero es explicar lo de Cagancho. Joaquín Rodríguez, de mote Cagancho, fue uno de los más famosos toreros de su época, en las primeras décadas del siglo pasado. Y decir eso es decir mucho. Un rapero americano de éxito o Ronaldinho son personas de parecido nivel de conocimiento y admiración, aunque yo creo, sinceramente, que en un ámbito local de España, la fama de Cagancho les supera. En los años veinte los toros eran prácticamente, junto con el cabaret y el teatro, las únicas diversiones de masas existentes. El fútbol aún no era lo que es hoy y el cine estaba en mantillas. Así pues, debemos entender que este matador de toros era un gran líder de masas con una capacidad de atracción reservada a muy poca gente.
Por eso, cuando en agosto de 1927 se anunció que en la corrida del día 26 torearía el maestro en Almagro, todo el mundo tuvo claro que se produciría una auténtica marea humana hacia este pequeño pueblo. La principal comunicación con Almagro, en aquellos momentos en que la red de carreteras estaba prácticamente inventándose, era el ferrocarril, concretamente el que venía de Ciudad Real. Y aquel día llegó a la estación de Almagro con gente subida a los estribos, sentada en los topes, en cualquier parte. El tren venía repleto de personas que habían pagado en Ciudad Real auténticas fortunas en la reventa para poder estar en aquella corrida.
Según los testimonios que he podido consultar, cuando menos entonces la plaza de Almagro era un lugar elástico donde la gente se apretujaba más o menos según quién viniera. Como aquella vez había tanta expectación, se llenó hasta la bola; una hora antes de comenzar en festejo ya no se cabía dentro. Las crónicas meteorológicas nos dicen que hacía un sol que derretía los testículos.
Formaban terna con Cagancho Antonio Márquez y Manuel del Pozo, Rayito. Dos toreros de menor jaez. El primer germen de aquella mala tarde, de ésas que según Chiquito de la Calzada tiene cualquiera, fueron precisamente aquellos largos minutos en los que el personal estuvo embotellado en la plaza, codo con codo, pasando un calor de la hostia y escuchando los rumores de los maledicentes, según los cuales Cagancho no llegaría a aquella placita de mierda y a última hora se disculparía de actuar. Desde fuera de la plaza, Radio Macuto radiaba que el maestro no había llegado al pueblo. Los nervios se pusieron a flor de piel. Pero llegó. A las seis en punto, hora del paseíllo, pero llegó.
Salió al ruedo un primer toro colorado de la ganadería de Pérez Tabernero. Tomó seis varas y mandó al suelo a varios jinetes. Márquez y Rayito, como era entonces costumbre, hicieron sus correspondientes quites (si el toro fue siete veces al caballo, tuvieron un montón de oportunidades para ello). Sin embargo, aquí se empezó a ver que Cagancho había llegado a Almagro desganado. Sobraron las oportunidades, sí. Pero él no hizo un solo quite. El toro le tocaba a Márquez y éste, a la hora de matar, comenzó a montar la tangana, pues se encaró con el morlaco sin muleta y se dedicó, simple y llanamente, a apuñalarlo. Fue advertido por la presidencia y recibió sonora bronca. Para entonces, el personal llevaba ya más de una hora pasando calor y, hemos de suponer, pasándose la bota de vino. Alegres, cabreados, alegres según el momento.
Rayito, dicen las crónicas, estuvo bien con su segundo. El tercero, primero de Cagancho, era un toro colorado y bragao. Hasta el momento Cagancho ni siquiera había desplegado el capote (no había hecho ni un solo quite) y siguió en la línea. No es que yo entienda mucho de toros, pero es una ley universal que si ante un animal dudas, lo acaba notando. Consciente de que era su toro y de que no podía dejar de hacer un quite, Cagancho intentó ejecutarlo, pero el toro le desarmó, haciendo volar la capa, momento en el que el maestro salió cagando leches hacia la barrera. Ahí fue donde empezó la bronca de verdad.
En la lidia propiamente dicha, el torero se mostró distante y cobarde. A la mínima que el toro le miraba, echaba a correr. Tanto miedo tenía Cagancho que hizo algo increíble: pinchó al toro en el cuello, y después en el brazuelo, lugares ambos absolutamente vedados, no ya para un torero de gran fama, sino para un puto estudiante de primero de la escuela de tauromaquia.
En ese momento el teniente Juan Ayuso, jefe del destacamento de la guardia civil que vigilaba el espectáculo, dio orden a sus hombres de que impidiesen que nadie saltase al callejón. Con ese sexto sentido que da el portar tricornio, ya se había dado cuenta de que aquella tarde se iba a ganar el sueldo.
Cagancho pinchó nueve veces más y entró a descabellar cinco. A la arena comenzaron a llover primero las almohadillas; cuando se acabaron las almohadillas, las botas de vino; cuando se acabaron las botas, botijos; y cuando se acabaron los botijos, cualquier cosa sólida.
Dato importante: nadie tira una bota por usar. Estarían ya vacías. El personal tenía un calor de cojones; había pagado una fortuna para ver a un tipo huir del toro y asaetearlo alevemente; y, además, estaban mamados. Aquello no podía salir bien.
Márquez, dicen, estuvo cojonudo con el cuarto. Pero al público le dio igual. Rayito también cumplió. No obstante, la gente quería que saliera el sexto, a ver si el señor Galáctico destapaba de una puta vez ese tarro de las esencias que dicen que tienen los toreros artistas.
Para colmo, el toro que le salió a Cagancho no era un toro, sino un oso Kodiak bien alimentado. En la suerte de varas, mató a varios caballos (entonces los caballos de picar no llevaban peto). Todo el mundo en la arena se puso nervioso. Los subalternos toreaban a siete kilómetros de los cuernos, Márquez hizo un quite desde su casa, los picadores se hacían caquita cuando el morlaco todavía estaba a diez metros de ellos, y los banderilleros no banderillearon tirando los garapullos como dardos porque no les dejaron.
Cagancho, al parecer, estaba preparado para situaciones así. En la faena propiamente dicha, sacó una muleta descomunal y comenzó a torear con el pico de la tela, manteniendo por lo tanto al toro en otra galaxia. No contento con eso, en uno de los pases, mientras el toro estaba a su lado, le largó un espadazo en el vientre, y luego otro. El toro, claro, se cabreó más de lo que ya de por sí se cabrea un toro cuando lo lidian. Lo miró mal, así que el torero tiró los trastos y repitió la suerte del tercer toro: a toda hostia hacia la barrera. Y, una vez dentro, como el toro se le acercase, ¡le pinchó de nuevo!
El tercer aviso, signo de que el toro es devuelto al corral porque el torero es incapaz de matarlo, sonó mientras Cagancho seguía intentando matar al animal sin salir de la barrera. Lo hacía pinchándole en los costados, en los brazuelos, en cualquier lugar menos allí donde ha de hacerse según marca el arte de Cúchares. Aquellos de los subalternos que se atrevían a saltar a la arena lo hacían con sus espadas debajo de las muletas, se acercaban al toro y le pinchaban también alevosamente, en cualquier parte. A aquel toro no lo mataron. Lo asesinaron.
Estaba el toro vivo, y el ruedo ya comenzaba a llenarse de espectadores que, sudorosos, cabreados y borrachos, habían saltado a la arena con la nada serena intención de saltarle los empastes a hostias al torero gitano.
La guardia civil es mucha guardia civil. Pero una turba enfervorizada puede con todo. Son más y, una vez que el ser humano llega a ese punto en que todo le importa un huevo, no hay argumento que les frene. Las gentes comenzaron a perseguir a Cagancho, el cual intentó, con la espada en la mano, salir de najas de la plaza. Un espectador le agarró del cuello y, arrojándole en dirección contraria, le gritó.
-¡Al toro, coño! ¡Cobarde!
Otro le arreó una hostia en pleno carrillo. Y allí estaba Cagancho, en medio de un ruedo lleno de gente que le rodeaba para darle una paliza; ruedo en el que todavía había un toro vivo, sangrando por sus mil heridas, soltando tornillazos y llevándose a la gente por delante.
Entonces cargó el ejército, concretamente un destacamento de Caballería que se encontraba allí reforzando a la guardia civil. A caballo y en plan cabrón, consiguieron convencer al público de que se tranquilizase un poco. No sin esfuerzo, despejaron el anillo. Ocho guardias civiles rodearon a Cagancho y lo sacaron de la plaza, entre una lluvia de todo tipo de objetos y fluidos corporales humanos, preferentemente faríngeos, epigástricos y nasales.
El fracaso de Cagancho en Almagro es, efectivamente, la bronca más gorda ocurrida jamás en un espectáculo público en España. La marcha del diestro fue seguida de disturbios en los alrededores de la plaza en los cuales las fuerzas del orden tuvieron que cargar a caballo con una virulencia que ríete tú de los pipiolos antisistema. Almagro aquella tarde fue una batalla campal. Tan, tan fuerte, que quedó en la memoria de los españoles, para los cuales, aún sin haber estado allí, aún sin haberlo vivido, «quedar como Cagancho en Almagro» se les grabó en la memoria como el símbolo de, que diría Barrancas, un fracaso absoluto.
Los testimonios que he podido leer describen a un Cagancho todavía vestido de plata refugiado en el salón de actos del Ayuntamiento de Almagro, custodiado por la guardia civil para que el personal que estaba en la calle no lo matase, fumando indolentemente y como resignado. Así es la vida. Yo quería quedar bien, pero lo que no pue zé, no pue zé. Uno de sus subalternos se queja a la guardia civil.
-¿A usted le parece lógico que a éste [Cagancho] lo quieran meter en la cárcel por no haber matado un toro y a nosotros nos quieran hacer lo mismo por matarlo?
Debían de ser toda una pandilla de cráneos previlegiados.


Cristobal Cabrera

jueves, 21 de mayo de 2015

A vueltas con internet: Un "supongamos".




Estimados todos:


Hoy llevo el día dando vueltas a la venta de medicamentos financiados por internet y se me ha ocurrido escribir unas líneas, mientras horneo un bizcocho, en formato ciencia ficción, esto es, en hipótesis de futuro.


¿Que pasaría si Fulgencio, que sabe comprar zapatillas de running  -se las mandan desde Alemania con un descuento del 50%-  quiere que se le dispense su receta electrónica desde una Oficina de Farmacia en una localidad que dista de su domicilio 600 km?


Pues con carácter preliminar que se crucificaría, si no lo está ya, al autor de las lineas que describan el supuesto... por parte de la profesión, representantes sector, sursum corda...


Y, siguiendo un desarrollo lógico, que no sería legal y, por ende, que el farmacéutico que lo hiciera, además de no cobrar el medicamento sería sancionado...


Pero, ¿técnicamente es posible? 


Si el hombre a subido a la luna, que hay días que lo dudo, y se pueden traer zapatillas de running desde Alemania, mucho me temo que un medicamento dispensado hoy en Huelva, mañana por la mañana está en la casa de un girondense al que se le fue prescrito en la consulta de su ciudad-pueblo, junto a Cadaqués, la mañana de hoy. 

La dispensación se realizaría en la Oficina de Farmacia por un farmacéutico y la logística al cargo de la misma o idéntica empresa de transportes que lleva el medicamento desde el laboratorio al almacén y de aquí a la farmacia. 

El encargado de entregársela al paciente tendría la misma calificación profesional que el que se la sirve al que reside en una "residencia de ancianos" esto es, y para resumir, personal no facultativo que previamente la ha retirado en su nombre en la Oficina de Farmacia elegida, y no precisamente por el paciente, o el que la transporta desde el laboratorio a la cooperativa o desde allí a la Oficina de Farmacia.


¿Creemos que esto no va a llegar? 


No lo sé, llevamos comprando tiempo ya desde hace mucho. 

Seguro que los boticarios decimonónicos nunca pensaron que el medicamento se elaboraría industriálmente y que los boticarios de siglo y pico después tendríamos que luchar por revindicarnos como sanitarios ante el mercantilismo de una profesión que se está destruyendo.

El mercantilismo es lo que trae y los puramente sanitarios están muriendo de inanición.


Saludos,


Andrés C. Reviriego.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Sueños de Cristal. Realidades en Haití

Sabéis que en este pequeño lugar de la red que pronto cumplirá siete años (se dice pronto) nos gusta dar cabida a opiniones de diferentes compañeros, generalmente relacionados con el ejercicio de nuestra profesión en el medio rural, pero también damos cabida a otras muchas cosas, como el caso de proyectos solidarios que nos resulten interesantes.

En esta ocasión, os traemos un proyecto precioso ó más bien una bonita trayectoria en el terreno de la cooperación que nos llega desde Tabuenca.

Tabuenca es un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza, ubicado a 63 Kms de la capital y no muy cerca de la E90, la gran arteria que te acerca a las tiendas y otras comodidades de las que se carecen en un pueblo de poco más de 300 habitantes.

Tabuenca tiene farmacia, al menos todavía, y al frente de la misma se encuentra Daniel de María, un compañero con el que comparto el placer de escribir, aunque he de decir que se prodiga mucho más que yo y que él dá otro uso a la misma.

El caso es que Daniel se ha asociado recientemente a la SEFAR (gracias una vez más a la labor evangélica de nuestro compañero Tomás Fernández de Sabiñán) y en el intercambio de correos nos ha comentado una iniciativa preciosa que queremos intentar impulsar entre todos.

Como he comentado anteriormente, Daniel escribe, algo que destaca en esta profesión, pero además usa esta afición en beneficio de otros, con el objetivo de obtener fondos para desarrollar proyectos de cooperación a desarrollar en lo que llamamos "tercer mundo", en esta ocasión bajo el paraguas y la colaboración de Farmacéuticos sin Fronteras (FSF), con los que también colaboramos cada vez que nos requieren.

Conocido el proyecto, pedí a Daniel que nos escribiera un texto a fin de dar publicidad a su iniciativa, que no es otra que la venta de su novela "Sueños de Cristal", cuyos ingresos irán íntegramente al desarrollo de un programa de microcréditos y otro de nutrición infantil a desarrollar en Haití.

Pero él lo explica mejor que yo a continuación, y con este post solo intento darle más visibilidad a una iniciativa que me enorgullece que salga desde un compañero de profesión y para la cual tiene todo mi apoyo, tanto personal, como de la propia SEFAR.

Aquí lo tenéis.

Abrazos,
Javier
SUEÑOS DE CRISTAL, REALIDADES EN HAITÍ

Aficionado a la lectura y a la escritura, aprovecho el tiempo y la tranquilidad que ofrecen los inviernos en el mundo rural para sacar adelante alguna novela. Buscando convertir esta afición en algo útil, surgió la posibilidad de los proyectos solidarios. Éste será el tercer año que emprendo una acción a través de la publicación de una novela, destinando los beneficios de su venta a un fin solidario. Así, en 2013 y con los beneficios de “El último arco”, se logró financiar el material escolar necesario para todo un año a una escuela de primaria en Tièlèmèkro, Costa de Marfil. En 2014, con “Los albarelos”, se consiguió mejorar las infraestructuras de los talleres del Centro Hogar Escuela para niños sordomudos y con discapacidades en Ciudad Darío, Nicaragua. Ambas a través de la fundación zaragozana Juan Bonal.

La ilusión de este año es repetir el éxito y lograr un nuevo el reto, alcanzando el dinero necesario para la concesión de microcréditos destinados a la puesta en marcha de pequeñas empresas, principalmente dedicadas al comercio del pescado, la agricultura, el textil y la restauración, buscando así la reactivación del sistema productivo de una serie de comunidades en Haití. También desarrollar paralelamente un programa nutricional para casi 750 niños de entre 3 y 5 años, que incluye analíticas, formación básica en higiene y un almuerzo escolar diario (en muchas ocasiones, el único aporte alimentario para ellos).

El programa de microcréditos y el programa nutricional están organizados por Farmacéutico sin fronteras y tienen el apoyo local de las Hermanas de Jesús María. El programa de microcréditos abarca a las comunidades de Cheche la Vie y Nan Cotton, Fann Aukonrage y Nan Cotton, Men Nam Men Nan 18, Cheche la Vie y Nan 18, Fonmuket, Colette, Baguette y Nan semi, Pasyans Planton Dianni, la Vie Fann y Dion Dion, Fanm Pa Chita Fond Ramadou. Los programas nutricionales implican a los colegios de Gros Sable, Acadien, Frond Ramadou, Colette, Djon Djon y Coton.

La manera de colaborar es comprando la novela “Sueños de cristal”, una historia de intriga ambientada en el mundo de la radio. El precio del libro es de 10€ y puede conseguirse en la web de Farmacéuticos sin fronteras: http://www.farmaceuticossinfronteras.org/productos_inicio.php
Gracias al patrocinio de la distribuidora farmacéutica Novaltia, que ha financiado los costes de impresión, el 100% de esta cantidad irá destinada al proyecto solidario.

Muchas gracias por tu colaboración.

martes, 19 de mayo de 2015

Convenio de colaboración con la UNIR


La Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) ha firmado recientemente un convenio de colaboración con la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

El convenio se ha suscrito en las instalaciones de esta Universidad en Madrid con María Barado Piqueras, profesora y miembro del equipo de desarrollo de negocio de Ciencias de la Salud de UNIR.

En base a este convenio, los/as socios/as de SEFAR podrán cursar estudios preuniversitarios ó postuniversitarios dentro de la oferta académica de UNIR con un descuento preferencial al que podrán optar como socios de SEFAR.

Del mismo modo queda abierta la puerta a la elaboración de contenidos académicos futuros que desde SEFAR puedan propornerse a UNIR porque se entienda puedan resultar específicos para el desarrollo de nuestra profesión en el medio rural.

Con este acuerdo añadimos una nueva facilidad a la hora de acceder a contenido formativo para l@s compañer@s que ejercen en el medio rural y que tan difícil tienen acceder a este tipo de enseñanzas.

En breve haremos público el texto íntegro del convenio en el correspondiente apartado de nuestra web.

Mientras tanto, puedes leer la nota de prensa conjunta remitida a los medios en este enlace:

http://www.europapress.es/la-rioja/noticia-unir-sociedad-farmacia-rural-colaboraran-formacion-20150519105139.html

Un fuerte abrazo,
Javier

lunes, 4 de mayo de 2015

La opinión del compañero

Buenos días a tod@s:
Si este blog ha tenido un objetivo, ese ha sido el de servir de altavoz a los/as compañeros/as que no tienen voz. Por desgracia, ese objetivo no se ha desarrollado más veces porque no hemos recibido el requerimiento de estos en la medida en que nos hubiese gustado.
Aún así, de vez en cuando recibimos algún correo de algún/a compañero/a que se anima a trasladarnos su opinión, en esta ocasión con motivo de nuestra Asamblea General, y aunque ha transcurrido algún tiempo de ésta, pienso que sus opiniones no han perdido vigencia y reflejan la opinión de un/a socio/a de a pie que puede servirnos de termómetro improvisado de lo que estos piensan.
Dicho esto, hago pública esta opinión con la preceptiva aprobación de este/a compañero/a y respetando su derecho al anonimato.
Un fuerte abrazo,
Javier
 
Estimados compañeros.
Como por motivos familiares no voy a poder asistir a la Asamblea Ordinaria me gustaría dejaros unas ideas personales sobre la situación de la Farmacia Rural  y sus necesarias revindicaciones.
Yo soy titular de una oficina de farmacia desde hace 27 años en un pueblo de Castilla y León, que actualmente tiene 200 habitantes y en una Zona Farmaceútica Rural donde hay un ratio de 600 habitantes por farmacia y bajando cada año al tener una población muy envejecida.
Primero quiero comentar sobre todo a los compañeros más jovenes que el establecimiento de oficinas de farmacia ya ha sido libre durante 18 años y hasta no hace mucho tiempo. El Real Decreto 909/1978 que estuvo vigente desde 1978 hasta 1996, legislaba que en las ciudades habría una farmacia por cada 4.000 habitantes y en la zona rural una en cualquier municipio independientemente del número de habitantes. O sea libertad de establecimiento, pero sólo para las zonas rurales.
Nuestros representantes colegiales siempre argumentan para defender el sistema regulado actual, que desaparecerían las farmacias rurales si se liberaliza el establecimiento de farmacias. Muy típico de nuestro país: la Farmacia Rural que ha sufrido ya la liberalización, sin ninguna defensa por parte de los que ahora le ponen como argumento para que ésta no se produzca.
La Farmacia Rural lleva casi 40 años olvidada, maltratada y utilizada para sus propios intereses por parte de nuestros representantes colegiales y por la Administración y ya es hora de que se la trate de una forma justa.
Estas son las medidas que desde mi punto de vista se deberían exigir:
1. Ayudas económicas: La ayuda a las farmacias VEC son una limosna ( 175 Euros netos al mes) para lavar sus conciencias y decir que protegen a la Farmacia Rural.
  Creo que Sefar propuso escalas negativas del RDL 05/2000 y el Consejo General ni siquiera os contestó, esta medida sería la adecuada.
2. Promoción profesional: Cuando se tenga que abrir una nueva farmacia que se haga primero un concurso de traslados, donde se dé preferencia al farmaceútico  rural (de pueblos pequeños) y a la hora de puntuar que cuenten sobre todo los años de ejercicio y sin límite de años. Los cursos, masters ... se hacen sobre todo pagando aunque no te enteres de nada, pero los años trabajados en un pueblo hay que pasarlos día a día.
También habría que modificar la legislación sobre la  venta de farmacias. Esta debería de ser  por méritos ,como ocurre en el País Vasco y con el baremo anterior. No es justo que en un sistema regulado uno pueda vender su farmacia al que quiera, que es una "concesión" que te da la Administración. Si quieres tener la ventaja de que nadie a tu alrededor te haga la competencia (sistema regulado), también tendrás que asumir una regulación en el traspaso de la oficina de farmacia. Nuestros representantes colegiales quieren tener las ventajas de un sistema regulado y las de un sistema libre, y eso no debe ser y mucho menos cuando hay unos compañeros ejerciendo en unas condiciones económicas y laborales mucho peores que ellos y que no pueden establecerse libremente en una ciudad si quieren. Usando el símil futbolístico,  aquí hay un equipo que sale a jugar con 11 jugadores y el otro con 4 y encima con el árbitro en contra.
3 .Racionalización de las guardias y remuneradas.
Un saludo a todos los compañeros con la esperanza que logremos sacar a la Farmacia Rural de la situación límite en la que se encuentra.