viernes, 20 de enero de 2012

¿Hay más cáscaras?

Recuerdo con frecuencia  a un profesor de matemáticas, D. Teodosio, que exigía todas las demostraciones razonadas  en nuestras afirmaciones. Poco importaba que fueran de memoria, pues aquellos límites eran infumables para chavales de 15 años. Este buen hombre daba clases de matemáticas y de química por las tardes y por las mañanas se dedicaba a cuidar vacas, que era su verdadera pasión. Era ciertamente temido –una tarde incluso nos sublevamos contra su metodología- y una de sus frases que me vienen a la memoria era con la que siempre terminaba una demostración:”…y no hay más cáscaras…”. En fin, batallitas colegiales.

Bien, en contabilidad como en matemáticas, dos más dos son cuatro y no hay más cera, como también decía don Teodosio. Si se gasta más de lo que se ingresa, para cuadrar las cuentas, en algún momento hay que gastar menos de lo que se ingresa. Ahora o dentro de cincuenta años. A menos que se piense que es posible prolongarlo a perpetuidad o no importe pasar la bola y el que venga detrás que arree…Por otra parte no está demás mirar a la historia y descubrir periodos de gasto excesivo y de ajuste correspondiente, coincidente, además, con políticas de un color y de otro. Incluso podría ser válida la referencia bíblica a periodos de vacas gordas y flacas.

Adonde voy con todo esto. Pues a intentar conocer un poco más los fundamentos de nuestro estado de bienestar y nuestro papel como farmacéuticos. A intentar saber si es sostenible con los servicios que se prestan y si es viable, concretamente con la red que se ofrece.

Profundamente creo que con un sistema solidario los recursos que se aplican en este momento son suficientes para una prestación básica y esencial. Repito lo de básica y esencial añadiendo que si es necesario también austera, evitando llevar hasta el último extremo el uso racional del medicamento. Hay que valorar la libertad y también con límites racionales que deben ajustarse a la coyuntura. Pero no sé lo que va a venir.

 ¡Iluso de mí que creo que el pez grande respetará al pequeño auque sólo sea por la protección interesada del legislador¡

¿Y qué tiene todo esto que ver con la escuela de Chicago, la teoría Keynesiana y la narrativa? ¿Con la coherencia y el interés público? A mi humilde modo de ver y entender no hay que perder de vista la prestación universal de la sanidad. Gratuita no puede ser porque nada es gratis, se paga de algún modo, aunque al político le interese que lo parezca. Veremos en los próximos tiempos como evoluciona el asunto. Pero una cosa deseo y es que independientemente a quién preste el servicio público éste sea accesible para todos. Creo que sí.  

Andrés Corsino Reviriego

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